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SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, CHIAPAS, Mexico
MIS LIBROS: Olivos y Acebuches (cuento), Con un padre me basta (novela), Hablarán nuevas lenguas (poesía),Mar de cristal transparente (novela), Muy Intimos Quadernos (novela), Siete casos en busca de un psicólogo

miércoles, 30 de junio de 2010

Y LOS SUEÑOS SUEÑOS SON

Cómo me ha gustado siempre La vida es sueño de Calderón de la Barca y conste que la conocí desde que estudié la prepa y en esos tiempos yo no andaba en tantas consideraciones filosóficas.


Mira bien lo que te advierto:
que seas humilde y blando
porque quizá estás soñando
aunque ves que estás despierto


A mí me gustan los sueños, pero los míos, de verdad que no me gusta nada que otros me los anden inventando y me los repitan tanto hasta que yo me la crea que son mis propios y auténticos sueños. Yo no soy aficionada al futbol, no me ha interesado nunca, sin embargo acepto que los sueños personales de muchos mexicanos podían referirse a ganar el Mundial, o por lo menos a quedar en cuartos de final (o sea, un pasito más que lo de siempre); sin embargo la campaña de los medios mexicanos para venderle al mexicano el sueño del equipo de futbol fue, como nunca antes recuerdo, grotescamente manejada con dolo, premeditación, alevosía y ventaja: Ganaremos, seremos los mejores, somos más patriotas y mexicanos por apoyar al equipo, somos TOOOODOS JUUUNTOS.

Un día antes del último juego de nuestro glorioso equipo estaba yo en el salón de belleza escuchando la diversidad de chismes que sólo allí se pueden escuchar y una de las peinadoras, entusiasmadísima, decía: vamos a ganarle a Argentina, creo que sí, esta vez no vamos a perder. Yo le pregunté: oye, ¿tú juegas futbol?, me dijo que no, entonces explícame cómo es que perderías tú, perderán los que estén en la cancha, los demás no estamos jugando a nada, ¿o sí? Se me quedó viendo sin saber si enojarse o reír y me dijo: bueno, pues así se dice porque todos somos mexicanos.

Y ahora que acabó el sueño de Todo Mexicano (protagonizado, por cierto, por el vasco que vive en Miami), ahora: ¿qué sigue? Porque hay que meter al pueblo al siguiente sueño, no puede despertar o se dará cuenta de lo que pasa. El siguiente sueño ya está en marcha y perfectamente programado para el momento, se llama el concurso de Iniciativa México o a ver quién sueña más y se saca el premio (y, bueno las iniciativas de todos los demás se quedarán en nada, o en frustración y tristeza). Y de ese sueño, pues seguirá otro y así hasta que el pueblo empiece a abrir los ojos porque ya esté cansado de soñar.

Yo no puedo echarme a soñar y me dan envidia los soñadores, quisiera haber visto los partidos con mi sombrero de charro y mi sarape de Saltillo, o aún más, quisiera haber ido a Sudáfrica para gastarme en dos semanas mi presupuesto de cinco años, de verdad lo hubiera querido, se la pasaron bien, mientras que yo (tonta de mí) me puse a contar los muertos del país que ya no son los de siempre sino todos los que matan en las calles de cualquier ciudad, en cualquier carretera, en cualquier poblado, en cualquier restaurante, en una de los cientos de balaceras que son nuestra actual realidad. Conté muchos muertos porque ya había empezado desde antes del Mundial con el futbolista que mataron en un antro, con la niña Paulette, con el jefe Diego (¿o está vivo?), con los adolescentes a los que les dispararon los soldados de un retén, con el niño al que la policía gringa mató en territorio mexicano, con el mexicano torturado y muerto por la misma policía, con cantantes de bandas y jefes de policía; este fin de semana sumé los que murieron en Nachig (poblado cercano a mi ciudad), me enteré en las noticias internacionales del verdadero número: dieciocho, y ayer sumé al candidato del PRI en Tamaulipas y a sus acompañantes (ojalá aquí parara mi suma, pero no lo creo).

De verdad me da pena no poder ponerme a soñar.
Tengo insomnio de tanta realidad.

EL GRANO DE ARENA DE MI HOMENAJE

Si hay algo duro para el ser humano (creo yo) es la muerte de algún ser querido porque, además del dolor que me provoca el hecho de no volverlo a ver, de extrañarlo, o de querer revivirlo, pues me enfrenta a mi propia muerte.


Con la muerte muy reciente de mi mamá el día de hoy me encontré pensando (como muchos otros días) que por qué tenía que haberse muerto. Si realmente el dolor me permitiera pensar con lógica me daría cuenta de que es porque todos tenemos que morir.

También, hace unos días murió José Saramago y de ninguna manera entró en su fantasía de Las intermitencias de la muerte. Cuando yo empecé a leer esa novela me alegré muchísimo con la primera frase: “Al día siguiente no murió nadie” y pensé que podía ser una buena idea porque es la fantasía de todos nosotros ante la inminencia del final: “que no se muera”, “que sane”, “Dios mío concédele el milagro de vencer a la muerte”… y así. Sin embargo, Saramago, siempre gran maestro de las reflexiones filosóficas sobre las situaciones sociales, nos lleva de una a otra consideración: problemas económicos (quiebra de las funerarias, los seguros, etc.), las enfermedades largas y ahora sí interminables, la eterna vejez, y muchas más, hasta que en esa terrible situación la gente empieza a desear morir y el “líbrame de la muerte” se convierte en un clamor general de “queremos la muerte”.

Hoy pienso que con la muerte no se muere y vaya que es trillada la frase, pero qué diferente es escuchar las cosas a vivirlas. Con la muerte no se muere porque siento más que vivas en mí tantas palabras de José Saramago, tantas ideas y el sabor aún de las delicias de sus novelas. Para mí terminar de leer una buena novela me deja, junto al agradable sabor del gozo, la tristeza de la ausencia, me queda un vacío, me duele mucho regresar el libro al librero porque es como perder una amistad.

Sin embargo, el día de hoy me siento profundamente agradecida a Saramago porque escribió libros que están en mi librero y que cualquier día pueden volverme a las estancias en donde él y yo convivíamos tan felizmente.

sábado, 26 de junio de 2010

CONDOMINIO HORIZONTAL

Y sigo en la nostalgia de los recuerdos…


Hace años, cuando quise comprar un departamento en la Ciudad de México, le pedí a mi abuelo que me acompañara en aquel viacrucis de tratos con los vendedores de viviendas y embaucadores de incautos. Así entonces, primero leíamos los anuncios en los periódicos: Precioso y amplio departamento: Condominios El Angel para darse el lujo de habitar como en el cielo, o bien, Hermoso chalet en condominio horizontal, inmejorable conjunto habitacional… y así, publicidad y más publicidad. Yo me inclinaba más por los condominios horizontales porque me parecían lo más cercano a una casa, y así empezamos a visitarlos.

Aunque mi abuelo y yo estábamos conscientes de las argucias del lenguaje para atrapar inocentes, el golpe de la realidad a veces nos deprimía verdaderamente porque los preciosos y amplios chalets de sesenta metros cuadrados eran como clósets para habitantes enanos, sólo una persona cabía en la cocina (y eso si no estaba muy gorda) y para atravesar el pasillo que lleva a las habitaciones podían pasar dos personas al mismo tiempo, pero de lado. El cuarto de lavado y la cocina eran el mismo, así como la recámara y el estudio y, desde luego, la sala-comedor. Tenían jardín, eso sí y le cabían sólo dos macetas, si ponías tres ya estabas invadiendo el jardín del vecino.

Los precios, como es de suponerse, no coincidían ni con mi bolsillo ni con aquella terrible realidad de los pequeños espacios separados de otros pequeños espacios con paredes con audio, sí, con los sonidos reales de lo que pasaba a todas horas en las otras viviendas. Eso ayuda a estar alerta, nos dijo el vendedor, usted puede siempre percatarse de lo que sucede en el conjunto habitacional.

Del último que visitamos yo salí francamente deprimida, pero mi abuelo logró hacerme reír muchísimo con lo que me dijo: “es muy extraño esto de verdad, en mis tiempos se llamaban vecindades y ahora se llaman condominio horizontal”.

Hace ya muchos años de que me sucedió esto y ahora, desgraciadamente, ya no está conmigo mi abuelo para darme sus opiniones, pero también me da gusto que ni se entere ya de cómo son ahora los departamentos y las casas de interés social. Creo que ahora sí definitivamente habría votado a favor de la antigua vecindad.

miércoles, 23 de junio de 2010

AHI TE VA EL PROFE

De repente me encontré gritándole a la tele como le hacía mi abuelo (y pensar que yo me escondía atrás de una puerta para reírme de él a mis anchas). Mi abuelo veía los toros y en cuanto salía el anunciador y saludaba “buenas tardes querido público”, mi abuelo le contestaba el saludo, luego brindaba con él con la cerveza que anunciaban y luego gritaba OLE!!! a todo pulmón o regañaba al torero, o gritaba OREJA o RABO… en fin. Los domingos en la tarde ver los toros con mi abuelo era todo un espectáculo. Y así me encontré yo.


Fue en uno de estos días (de cuya fecha no quiero acordarme) que aparecieron de repente en el noticiero unos vándalos golpeando una puerta de un edificio del centro de la Ciudad de México, una de esas hermosas puertas antiguas, y la golpeaban con piedras, con vigas y además con todas sus fuerzas, yo les estuve gritando páaaaarenle bola de incultos!!!, parecen animales!!!, y más; pero no me oyeron porque después de hacerle unos grandes agujeros trajeron un soplete y le prendieron fuego.

La puerta era la del edificio de la Secretaría de Educación Pública, data del siglo XVIII y los vándalos eran los profesores de nuestros niños, los mismísimos que enseñan Historia y Civismo. Yo de verdad no me admiro, me dolió lo del Monumento Histórico, pero estoy consciente de la clase de profesores que tienen muchos niños mexicanos en cualquier lugar del país. También sé de los procedimientos que existen para elegir a los profesores, de las plazas vendidas, de las plazas por herencia, del nepotismo y de mucha más corrupción.

Esta dura realidad nacional me recuerda una divertida película de Resortes que, traspuesta a nuestra realidad pues resulta más bien deprimente y patética. Resulta que Resortes y sus amigos deciden poner una escuela como negocio y consiguen en renta un edificio que acondicionan perfectamente: oficinas, muebles nuevos, salones de clase, canchas de deportes y demás. Cuando ya está todo listo y las clases van a iniciar se dan cuenta de que les faltan los maestros y no tienen más remedio que ingeniárselas para cubrir esos puestos entre ellos mismos y así no deteriorar más la economía del nuevo negocio.

Así entonces, principian con la elección de Resortes como maestro de Lengua Española porque era el que sabía más albures y juegos de palabras, después se decidió que el que había viajado por varios estados del país y hasta a los Estados Unidos debería ser el maestro de Geografía. El maestro de Música fue el que cantaba al bañarse, el más viejito, obviamente, fue nombrado maestro de Historia y por último, el más cómico, pues de Química, que suena casi igual, por lo que ambos términos deben referirse a la misma cosa.

¿No es graciosa en verdad la película? Lo que no es gracioso es que esa es una realidad que existe en muchas escuelas públicas y privadas de nuestro país. Ojalá esto hubiera quedado en algo chistoso nada más.

sábado, 19 de junio de 2010

LAS OLLAS Y LOS OLLOS

¿A quién sino a nuestro brillante expresidente (el de las botitas, por supuesto) se le podía haber ocurrido poner de moda el “lenguaje de género” para sentirse muy democrático, igualitario y quién sabe qué más?; y así cualquier comunicado o discurso que le pertenecieran venían plagados de mexicanos y mexicanas, campesinos y campesinas, ciudadanos y ciudadanas y logró, de verdad que lo logró, convertir el lenguaje cotidiano (cuya principal finalidad es que nos comuniquemos) en una horrorosa complicación. Porque, si nuestro presidente así habla, pues eso debe ser lo correcto.


Que el lenguaje es sexista ya lo sabemos y que en aras del feminismo muchos y muchas quieren figurar hasta modificando las leyes más elementales de la lingüística, lo sabemos también. En uno de mis cursos de Comunicación me encontré con un grupo de veintiocho mujeres y un hombre, por lo que el primer día dudé acerca de cómo dirigirme a ellos, ¿a ellas? Ensayé mentalmente: alumnas y alumno, todas y todos (¿todos o todo?) vamos a iniciar esta sesión… finalmente la costumbre me ganó: Les doy a todos la más cordial bienvenida. Acto seguido, una mujer levantó la mano y dijo: maestra, cuando la mayoría de los participantes (no dijo las participantes, me consta) son mujeres, hay que dirigirse en femenino al auditorio. El alumno esbozó una sonrisa muy forzada y asintió. Yo no asentí, pero cambié ese día mi programa inicial para hablar de las leyes universales de la lingüística, de las cuales, una de las más importantes es “la ley del mínimo esfuerzo” y debido a esa ley ya no decimos ansina sino así, ahora ándale sino órale, obscuro sino oscuro y no digamos ya de las palabras latinas que antes eran parte de nuestro lenguaje y ahora son sólo historia: ya no decimos apícula sino abeja, ni tampoco aurum sino oro. Por ese mínimo esfuerzo, que es inherente a los hablantes, no andamos pensando en las reglas de género antes de hablar, como yo bien traté de ensayar antes de dirigirme al grupo.

Tiempo después, revisando una tesis doctoral, escrita por mujer, me encontré largas líneas de lo mismo: artesanos y artesanas, agricultores y agricultoras, vendedores y vendedoras. El tema era la producción de ollas de barro en Amatenango, Chiapas y le pregunté a la estudiante si no debíamos decir también las ollas y los ollos porque, claro, no son lo mismo la cazuela que el comal y ¿qué pensará el comal si le dicen la olla? Sonrió. Culpó a sus asesoras, mujeres todas, de tan tremendo embrollo; pero su enorme tesis de 300 páginas (que podían haber sido 100) así tuvo que quedar para no herir susceptibilidades femeninas.

En fin, queridos lectores (en donde están, claro, las lectoras también) yo no me quiero complicar más la vida que ya bastante complicada es. Así aprendí a hablar y a escribir y me resulta natural. De verdad se los digo, cuando soy escritor, ciudadano, maestro o comunicólogo, no soy menos mujer.

miércoles, 16 de junio de 2010

MAYDAY:CATÁSTROFES AÉREAS

Uno de mis programas favoritos es Mayday: Catástrofes Aéreas y se trata de los pequeñísimos errores técnicos o de los cambios climáticos repentinos, o de las corrientes de aire inesperadas que provocan que un avión irremediablemente se caiga y que de un detallito resulte un espantoso accidente y muchas muertes. Pienso ahora que pretendo conjurar de este modo mi miedo a volar (ojalá lo logre).


Uno de los programas que más me impresionó se trataba del accidente aéreo provocado por una cinta de masking tape que debía pegar el que limpiaba el avión sobre unos sensores para no maltratarlos; al terminar su trabajo de limpieza debe retirar la cinta y lo olvida. Cuatro personas más, incluyendo al piloto del avión revisan los detalles importantes antes de partir y no se dan cuenta de los sensores obstruidos.

Esto provoca que se desconfigure la computadora central del avión y empiecen los pilotos y la torre de control a tener información equivocada sobre las condiciones del vuelo. La altitud y la velocidad que el sistema reporta son erróneas, por ejemplo y muchas otras informaciones que pudieron ponerlos en alerta. El avión entonces va a menos de un kilómetro de la superficie del mar y sus aparatos reportan siete mil pies de altura, por supuesto, es de noche, no hay visibilidad y el avión se estrella y desaparece en el agua.

De allí en adelante, investigaciones vienen y van, alrededor de 200 personas muertas entre pasajeros y tripulación de una manera inexplicable… Cuando por fin encuentran que fue la cinta que no se retiró de los sensores, sigue la parte legal, o sea, ¿quién tuvo la culpa? La cinta era plateada cuando debió haber sido roja, era de noche y estaba a una altura desde la que no se puede checar muy bien si no es de color brillante, pero por lo menos cuatro personas de diferentes rangos y ocupaciones: mecánico, supervisor, piloto, copiloto… hicieron las revisiones preliminares a todo vuelo que incluyen esos sensores libres y nadie advirtió el problema.

Para no hacer ya este cuento tan largo y por fin entrando en materia quiero contarles que el responsable según la ley fue el señor limpia-aviones, el empleado de limpieza, el más pobre y el más ignorante es el que aún purga una condena en la cárcel. Sucedió en un país desarrollado, no en México y ni siquiera en Latinoamérica porque las injusticias no son exclusivas nuestras. Pero también aquí las hay y pienso en cómo se libraron de milagro las nanas de Paulette y no puedo dejar de pensar el día de hoy en ¿quién será el culpable del incendio de la guardería de Sonora?

Ya todos sabemos que algunos de nuestros gobernantes son responsables de ese crimen, por negligencia y corrupción. Sabemos quiénes son, pero ahora la Suprema Corte se debate en discusiones sobre quién será como si fuera adivinanza, para terminar declarando que ellos no tienen facultad de señalar responsables; o sea, a ellos no les toca decir, ¿entonces a quién? En este país tan democrático pues debiera tocarnos a los ciudadanos y, primordialmente, a los padres de los niños de Sonora. Para completar esta historia, ayer leí en el periódico una declaración de nuestro brillante Secretario de Gobernación, el Sr. Gómez Mont quien dice que los trabajadores de la bodega de junto son los responsables porque se pusieron a quemar cartón. Así es que tal parece que una vez más, el más pobre, el más indefenso y el más inocente irá a parar a la cárcel por un crimen más de quienes tienen el poder en este país.

Mayday!,¡ auxilio! Este avión se cae y el pueblo tiene la culpa.

sábado, 12 de junio de 2010

INICIATIVA MÉXICO

Hace unas semanas estuve en el aeropuerto de la Ciudad de México a las 6 de la mañana para tomar un vuelo. Una empleada de limpieza en el baño, amablemente, me acercó las toallas para secar las manos; cuando le agradecí vi que tenía los ojos muy irritados y le pregunté a qué hora se había levantado esa mañana para estar tan temprano en el trabajo. Ella me dijo que su horario de trabajo había empezado a las 11 de la noche del día anterior y que esa mañana se sentía muy cansada y con mucho sueño, pero tenía que estar en pie varias horas más después del trabajo porque tenía tres hijitos que atender y los quehaceres de una casa, desde luego.


Cuando pensaba yo en alguna palabra de aliento para decirle (¿cuál podría ser?, ¿existe?) ella me preguntó, oiga ¿y cómo son los aviones por dentro? Entonces, yo, que ni siquiera había podido pensar en la palabra de aliento me escuché diciéndole de las filas de asientos y de las ventanitas y de todo eso a una pobre mujer que no conocerá nunca un avión más que a través de las imágenes que podamos forjar entre mis palabras y su imaginación. Ella me dio las gracias, yo le di un abrazo y me salí corriendo.

De esta historia me acuerdo hoy por la avalancha de publicidad sobre patriotismo, el Bicentenario, los héroes, el futbol como emblema nacional y, finalmente, la extraordinaria manipulación de los poderosos de este país a través de la Iniciativa México. Menciono a la mujer que nunca volará porque ella es parte de los verdaderos héroes mexicanos (aunque es más glamoroso, claro, hablar de Don Miguel Hidalgo o de los cuidan los bosques de Chiapas) y la verdad, creo yo, es que los héroes somos todos nosotros, aquellos a los que nos piden que hagamos algo por México: la que vende tortillas en un canasto afuera del mercado, el que no es albañil pero dice que sí es para conseguir chamba aunque sea por días, los que frecuentan la casa de empeño para comprar medicamentos que aquí son más caros que el oro, los que tienen cada vez más deudas y menos dinero, los que cambian de escuela a sus hijos porque ya no pueden pagar colegiaturas, los que no tienen ningún seguro médico, los desempleados…, ¿conoce usted a alguno de estos héroes?, basta mirarnos en el espejo para encontrarlos.

Yo no sé de verdad si los Niños Héroes se habrán enredado en la bandera para morir por la Patria, pero sí sé que a Anastasio Hernández lo torturó y mató la policía gringa igualito que al niño mexicano de 14 años. Esos sí me consta que son mártires del hambre y la miseria, de la desesperanza y de una bola de gobernantes y de empresarios millonarios que ahora pretenden abanderar el renacimiento de un país al que han sangrado históricamente.

Pero vámonos al futbol, mientras que maten gente en la frontera, olvidémonos de los niños de la guardería de Sonora y de los mineros de Cananea y de tanto asesinato impune, porque ahorita los partidos son lo más importante, que los héroes desconocidos y los parientes de todos los mártires del país mejor disfruten del Mundial en vez de estar quejándose tanto. Nuestro presidente ha puesto el ejemplo, por un lado, ya está dada la orden de que los niños en las escuelas vean el futbol para que tengan menos oportunidad de pensar en algo, así desde chicos. Y por otro lado, pues el Sr. Calderón ya está en Sudáfrica para vivir el evento más importante de los mexicanos de hoy. A lo mejor cuando regrese le podemos preguntar cómo es por dentro el avión presidencial.

miércoles, 9 de junio de 2010

JULIETA TIENE UN CANARIO

Hace unos meses mi amiga Cristi me contó del gran problema de Vicente, el indígena que fue su jardinero. Vicente tenía todos juntos los atributos de la gente que vive en pobreza extrema: era alcohólico y analfabeta, tenía diez hijos y dos mujeres, cuando trabajaba igual era jardinero que albañil y siempre pasaba hambre.


Un día Vicente desapareció por varios años y cuando regresó a buscar a Cristi ella pensó que quería trabajo de nuevo. Venía maltrecho, más flaco, envejecido y en grave estado de desolación.

JULIETA TIENE UN CANARIO EN UNA HERMOSA JAULA. TODOS LOS DÍAS ELLA LA LIMPIA Y LE PONE AGUA FRESCA EN SU BAÑERA. TODOS LOS DÍAS ÉL TIENE VAINA FRESCA Y ALPISTE PARA COMER.

Doña Cristi, por favor ayúdeme a regresar a la cárcel, acaban de darme libertad y yo no quiero estar afuera. Ya ve que mi perdición siempre fue el alcohol y fui cayendo hasta que un día tuve que robar en un supermercado y allí me agarraron y luego vinieron los policías, y la patrulla y los separos y los de la justicia me mandaron a la cárcel.

AL CANARIO DE JULIETA SU HIJA PAULA LE PLATICA Y LE LLAMA CHUBI. TODOS LOS DÍAS LO BUSCA MUCHAS VECES Y COMO EL CANARIO SE SIENTE FELIZ, LES CANTA A PAULA Y A JULIETA CON SUS MEJORES TRINOS.

En la cárcel yo tenía comida todos los días y una cama para dormir. No pasaba hambre ni frío y me fui acostumbrando a estar con los otros que, al fin y al cabo, estaban igual que yo y allí tenía yo amigos. Ahora mi familia ya no me quiere recibir, no tengo a donde ir ni consigo trabajo porque pa´acabarla dicen que ahora hay crisis y no tiene trabajo nadie, ni los estudiados. Por favor Doña Cristi, ayúdeme, dígame qué hago, ¿será que si vuelvo yo a robar me regresan a mi jaula?

JULIETA TIENE UN CANARIO CONSENTIDO EN SU CASA. SE LLAMA CHUBI Y SE DEDICA A PLATICAR CON PAULA Y A CANTAR. CHUBI SE VE FELIZ.

viernes, 4 de junio de 2010

LO QUE DIJO UN CHINO

Para Yeyo, en China


Cuando viví en San Francisco (durante un año) pude conocer bastante bien a nuestros vecinos del norte y hubo, entre muchas otras cosas, algo que me impresionó profundamente de ellos: su discapacidad crítica.

Yo veía que, ante cualquier acontecimiento político o social, ellos sin titubear aceptaban la versión oficial fuera la que fuera: fue un atentado israelita, fue culpa de los migrantes, no hubo muertos, es una guerra absolutamente necesaria, y América salvará al mundo. (Por cierto, ellos creen que América es su país y no tienen noción de que es un continente que va de Cabo Columbia, en el Océano Glacial Artico, hasta las islas Diego Ramírez, al sur de Chile).

En ese país las noticias de la televisión son estrictamente NACIONALES y, viviendo allí, es prácticamente imposible enterarse de lo que pasa en otras partes del mundo, sobre todo en los países subdesarrollados como el nuestro. Nada es importante más que su “América”. Y preciso aclarar que no estoy hablando del pueblo ni de las masas porque mis compañeros de trabajo y las personas con quienes conviví eran académicos, gente con muchos estudios: científicos doctorados, técnicos especializados, todos univesitarios. También tuve compañeros de estudio en la Universidad de California en Berkley y todos eran iguales: acríticos, con anestesia del discernimiento en las cuestiones políticas y sociales de su entorno. Todo esto hacía más grande mi estupor hacia su invalidez de pensamiento. Pero así es.

En San Francisco hay un barrio chino que a mí me encantaba visitar porque era otro mundo: caótico, desordenado, emocional y con una sensibilidad diferente. Allí viven los chinos-chinos que no han querido ser chinos-americanos y que no se avergüenzan de su origen como los que dejaron de ser chinos al llegar a América. El dueño de un café, un viejo chino sabio, platicaba algunas veces conmigo; un día le pregunté si le gustaba ese país y no contestó. Otro día le pregunté si él pensaba que en América había democracia y entonces muy seriamente me dijo: En América hay democracia pero ni falta hace porque todos piensan igual.

Ese día salí feliz del barrio chino pensando que nosotros, mexicanos subdesarrollados, somos críticos y rebeldes, nos quejamos e insultamos a las autoridades abusivas y a los criminales del país, hacemos marchas y plantones, escandalizamos. No sirve de mucho, lo asumo; pero qué maravilloso pueblo es el mío, en el que cada vez más, cualquier persona de cualquier clase social o cultural desarrolla vertiginosamente su pensamiento crítico ante tantos discursos y versiones oficiales con los que quieren endulzarnos la realidad.

Esto sí me hace sentir “orgullosamente mexicana”, no el equipo de futbol, ni las celebraciones del bicentenario, ni nuestros paisajes naturales. Orgullosamente: aquí no pensamos todos igual.

miércoles, 2 de junio de 2010

HOY REGRESO

Hoy regreso a mis Intimos Quadernos después del duelo que me paralizó y me siento feliz de volver a escribir.

En mi tiempo de parálisis vi mucha televisión, que está hecha para palarizarnos más y a mí me vino bien. Aprendí muchas cosas que en realidad no escucho mucho porque son exclusivas de nuestros medios masivos de comunicación, cosas realmente importantes como: "orgullosamente mexicano", "ya no somos el país del sí se puede sino el de sí se pudo" (traducción: mexicanos todos, ganaremos el Mundial de Futbol!!!!), "hay que votar porque en México decidimos TODOS"... en fin.

Y esos son los anuncios entremezclados uno a uno con los de pasta de dientes, productos para el hogar y pañales de bebé; pero desgraciadamente también me hice adicta en este tiempo a ver todos los noticieros nacionales en todas sus versiones: todos los canales, los comentaristas y los horarios; fue entonces que vi y escuché lo del nuevo carpetazo al caso Paulette y lo del ya antiguo carpetazo al de los niños de la guardería de Sonora, las balaceras interminables en cualquier calle de cualquier ciudad de este país, los secuestros y los desaparecidos en un océano de versiones, los impuestos al alza, los diputados usando la Cámara para sus pleitos de vecindad y nuestro presidente asegurando que el país sale ya de esta crisis y el empleo aumenta.

Y lo mejor: faltan ya sólo unos días para el Mundial, la parálisis ahora será nacional y será el momento oportuno para olvidar todas esas cosas tristes que hay que mezclar inteligentemente en la televisión con telenovelas y programas de concurso para que no duelan en realidad.