El Santaclós de Aurrerá

Sucedió en diciembre en un supermercado: Aurrerá. Un niño pobre está viendo los juguetes mientras su madre hace cola en una de las cajas, ¿que lleva la madre? 2 kilos de tortillas y una latita de chiles.
El niño de pronto llega entusiasmado a donde está su mamá y le dice: "Mamá, mamá, el Santaclós me prometió que este año me va a traer la autopista". La madre desconsolada y furiosa le dice: "ve y dile al Santaclós que no sea lengua". Ella sabe que es un mentiroso, que es pura lengua, que simplemente dice y promete y luego que se frieguen los niños que se quedaron esperando los sensacionales juguetes; los niños pobres por supuesto.
Peña Nieto promete.
Peña Nieto promete igual que el Santaclós de Aurrerá.

¿Se te ha perdido un hijo? A mí sí. Sofía de dos años y medio se me perdió una tarde en Suburbia y la encontré quince minutos después. ¿Quince minutos, horas, días, años, eternidades? A cuarenta y tres madres se les perdió un hijo hace ya tres semanas, un hijo demasiado joven como para pensar que haya muerto y por eso reclaman ellas que quieren que sus hijos regresen vivos y con ellas reclamamos todos los mexicanos, los que estamos aquí y los que están en el extranjero y también muchos extranjeros que sienten el dolor de esta barbarie. Tres semanas son tres eternidades.
Entonces el Presidente promete, como si fuera cierto que va a actuar, promete que esto no quedará impune, que los culpables serán castigados con todo el peso de la ley, que los cuarenta y tres estudiantes aparecerán y pasan los días y las semanas y las palabras de las promesas eran solo palabras como la que nombraba a la autopista del niño pobre.


Peña Nieto promete justicia. (¿Sabrá qué quiere decir eso?)
Lo que no promete nuestro gobernante es que destapará la coladera en donde los políticos y sus policías y su ejército federal y los narcos andan de la mano; porque al destapar puede salir tanta proquería que nos ahogaremos todos. En México gobierna el narcotráfico dicen las noticias internacionales y gobiernan la impunidad y la injusticia y la corrupción.
¿Qué podemos hacer?, ¿qué puedo hacer yo?, pues casi nada: ir a las marchas, escribir en mi blog, denunciar en las redes sociales y sufrir esta impotencia del país en el que si tu hijo va a la escuela quizás nunca regrese porque unos policías que detuvieron a los estudiantes se los entregaron a otros policías y esos a los narcos y todos esos policías y esos narcos son de los de abajo también, son tan pueblo como los estudiantes porque mientros ellos matan y torturan por un sueldo, mientras... sus patrones viven en el Edén de los millones de pesos y de lujos.
Pero no importa pueblo, nos prometieron la autopista de Navidad y fue el Presidente que debe ser más importante y más rico que Santaclós. Nos toca esperar a que cumpla sus promesas o quitarlo del poder, pero desgraciadamente este país no está preparado para eso y aguantamos lo que sea, por algo somos la raza de bronce.