Datos personales

Mi foto
SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, CHIAPAS, Mexico
MIS LIBROS: Olivos y Acebuches (cuento), Con un padre me basta (novela), Hablarán nuevas lenguas (poesía),Mar de cristal transparente (novela), Muy Intimos Quadernos (novela), Siete casos en busca de un psicólogo

sábado, 7 de mayo de 2011

EL HOMBRE INVISIBLE

Cuando yo era niña, y luego ya no tan niña, tenía mis fantasías y una era la de ser invisible. Por cierto, es una fantasía común y corriente, creo que muchos de ustedes también la tendrían, y era tan tentadora como imposible. A mí se me ocurrían cosas maravillosas como poder entrar a una juguetería y jugar con todos los juguetes, o bien, a una dulcería y comerme los dulces sin que nadie me dijera nada; también me gustaba mucho la idea de meterme a las casas y a las habitaciones y estar francamente de metiche de las vidas ajenas, pero también podría hacerle de fantasma y meterme a donde estuvieran mis peores enemigos y aventar cosas, hacer ruidos y meterlos en pánico hasta que salieran corriendo.

Lo de la niña invisible era maravilloso, lástima que no era posible, desde entonces sabía yo que eso era tan imposible como lo de viajar en el tiempo, que era otra de mis fantasías.



Todo esto viene a cuento porque la semana pasada me di la oportunidad de leer la novela “El hombre invisible” de H.G. Wells, y digo “me di la oportunidad” porque la novela fue escrita en 1897 y el autor ahora sí que ya es más que invisible. Wells fue el precursor de la ciencia ficción y narró como posibles cosas como ésta: el método científico que utiliza un hombre para lograr ser invisible y lo logra y se para frente a un espejo y ya se ve solamente su ropa, y se desviste y ya no se ve nada de nada. Por unos momentos se siente feliz, se siente el hombre más feliz del mundo hasta que… se da cuenta que tiene que andar desnudo todo el tiempo y será invisible pero no deja de sentir frío, además donde vive cae nieve y el invierno es muy crudo y, entonces, pues anda desnudo por ahi un rato hasta que… los pies le empiezan a sangrar porque cuando no era invisible usaba zapatos y ahora no puede porque se verían unos zapatos caminando y así, horrorizado se da cuenta de que su huella de sangre sí se ve.

Entonces de alguna manera consigue comida porque con tanta andanza muere de hambre y, obviamente, se esconde para comer porque se verían un pan y unas salchichas subir y bajar en el aire y el jarro de vino se vaciaría sin caer al suelo. Cuando acaba de comer, horrorizado otra vez, se da cuenta de que la comida sí se ve en su estómago y en sus intestinos, y él no puede estar en ninguna parte sin que se noten esas manchas de colores de comida caminando en el aire.

Para poder llevar una vida normal y, cuando lo necesite, poder aprovecharse de su invisibilidad, decide usar ropa incluyendo sombrero, guantes, lentes y vendajes en la cara como si hubiera sido víctima de un incendio, porque causaría horror y pánico a cualquiera que viera los huecos entre el sombrero y el abrigo, o bien, un abrigo sin manos. El hombre se ve obligado a cuidar hasta el más mínimo detalle. Cuando empieza a interactuar con la gente, ya disfrazado, engendra mucha desconfianza porque parece un monstruo y no se destapa nunca y se hace arisco y no quiere hablar con nadie, entonces la gente se aleja de él y él se amarga muchísimo porque aquello de ser invisible fue su gran logro científico pero lo arrojó a una vida tan mala que nunca se imaginó.

Este libro me deja pensando que los sueños sueños son y que son hermosos, pero deben quedar en locas fantasías, así es que desde la semana pasada de verdad que ya no se me antoja para nada lo de ser invisible, porque vaya que me lo seguía pensando de vez en cuando.

2 comentarios:

  1. Es muy curioso como en efecto, siempre pensamos en una solución rápida sin pensar en las consecuencias, a pesar de que tener innumerables fábulas y parábolas que nos enseñan eso, no terminamos por aplicar la moraleja.

    ResponderEliminar
  2. Gracias x seguir regalandonos letras, mil gracias x compartir. sacarme de la rutina y perderme en sus historias.. gracias x ser!!! Sace cuanto la aprecio, cuantas veces la pienso como mi guia espiritual...saludos desde Cancun. Xóchitl

    ResponderEliminar