Cuando yo era niña soñaba con ser bailarina de ballet porque me fascinaban las bailarinas en el escenario, me parecía que aquello de poder bailar en puntas era cosa de magia y, además, su vestuario era mágico también.
Como yo era lectora por naturaleza busqué libros sobre el ballet y así fui enterándome de mi triste realidad porque decían los libros que las bailarinas son muy delgadas (lo que yo no era), bajas de estatura para que, paradas en puntas, no sobresalieran a su compañero (lo que yo tampoco era) y además dedicaban casi todas las horas de su día a bailar (lo cual tampoco era para mí porque si no me quedaba tiempo para leer pues yo estaba frita). Desde entonces decidí seguir siendo admiradora del ballet y los bailarines, solamente.
Hoy me acuerdo de esta historia porque quiero compartir con ustedes una maravillosa idea que la Secretaría de Educación Pública y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes pusieron en práctica: un concurso de jóvenes bailarines cuyos ganadores tendrán becas y apoyos para su perfeccionamiento y para la consolidación de su carrera artística. Por cierto, esto sí es “carrera artística” no la de los actorcillos y cantantes de nuestra TV. Y, a propósito de nuestra trelevisión mexicana, pues el concurso, que es todo un espectáculo, sólo se transmite por el canal 22 los domingos a las 9 de la noche, no hay ningún otro canal de televisión nacional que exponga a la cultura a nuestro pueblo, y yo no sé si yo vivo en otro planeta, pero tampoco hay difusión de este evento.
Los bailarines son chicos y chicas mexicanos que han realizado sus estudios de ballet en el país y que los han aprovechado tanto que son verdaderas figuras ya ahora a sus 19 o 20 años de edad; a mí me parece digno de aplauso este concurso, lo que hacen la SEP y CONACULTA junto con el Instituto de Bellas Artes, la Escuela Nacional de Danza y otras instituciones más, esto sí es reunirse para un objetivo que verdaderamente apoya a nuestros jóvenes y que no tiene nada que ver con lo que el pueblo ve entusiasmado: concursos como el de La Academia donde a los jóvenes los engañan con eso de que serán “artistas”, porque cantan y bailan, pero nada más.
Nuestros jóvenes bailarines irán a formar parte de las compañías de ballet en el mundo y esto es algo que debería tener una difusión EXTENSA en todo el país porque es un acontecimiento cultural de los que no vemos a diario. Sin embargo, a nuestro presidente, para poner un buen ejemplo, pues le parece mejor lucirse como figura pública yendo a Sudáfrica al futbol.
Por eso estamos como estamos.
El concurso de Opera Prima en Movimiento termina este domingo con una función en Bellas Artes televisada sólo por el Canal 22. No se lo pierdan.
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