Datos personales

Mi foto
SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, CHIAPAS, Mexico
MIS LIBROS: Olivos y Acebuches (cuento), Con un padre me basta (novela), Hablarán nuevas lenguas (poesía),Mar de cristal transparente (novela), Muy Intimos Quadernos (novela), Siete casos en busca de un psicólogo

sábado, 1 de octubre de 2011

El blog del narco

Hace unos días me comentó una de mis hijas que se había “atrevido” a entrar al blog del narco y yo en realidad no estaba muy consciente de qué se trataba eso. Como me estoy especializando en buscar noticias mexicanas sin censura encontré muchas referencias al blog del narco y también, como ella, me atreví a ver de qué se trata y se trata de algo bastante más duro y crudo que la película de El Infierno que tanta gente no quiso ver por lo terrible que es. Sólo que el blog del narco son las noticias nacionales reales, las que no dicen los periódicos ni en la televisión porque éstos tienen un acuerdo de no hablar de cosas malas, como si todos los mexicanos fuéramos niños o ancianos cardíacos o, más bien, como si los mexicanos no tuviéramos ojos y oídos para percatarnos de lo que no dicen nuestros periodistas.

En realidad el susodicho blog es más amarillista que todo lo amarillo que hayamos podido ver porque las fotos de ejecuciones son lo principal que allí aparece. Me quedé pensando si era necesario ver este blog y creo que, para mí, sí. Es algo así como la pregunta que siempre les hago a mis alumnos de psicoterapia: ¿prefieres saberlo o no saberlo?, ¿le temes a la verdad como para seguir en una ignorancia que te defienda de la realidad? Siempre respeto sus decisiones y, desde luego, yo no estoy recomendando ver el blog, sólo digo que a mí me sitúa en la crudísima realidad que vivimos y yo prefiero conocerla. El pueblo tiene hambre y si hay empleo de sicario pues… hay empleo.

Lo bueno de esto, sigo pensando, es que los mexicanos somos cada día más un pueblo crítico, un pueblo pensante y ya es común en todos los medios escuchar y ver los reclamos sociales. Y somos pensantes y reclamamos cada vez más por una sencilla razón: Sufrimos. En tiempos de mi infancia, cuando mis padres eran jóvenes y las mujeres no “tenían” que trabajar (porque parece ser que la necesidad de trabajar era solamente económica, nada que ver con los rollos de la realización personal), en esos tiempos, digo, con el salario del papá alcanzaba para una familia como la mía, con cinco hijos, la abuelita, dos sirvientas de planta y tres perros. Vacacionábamos dos veces al año, íbamos a escuelas privadas y teníamos casa, vestido y sustento (me refiero a casa propia), y mi papá sólo era un Ingeniero Químico, empleado en un laboratorio farmacéutico, no tenía acciones de la empresa y lo jubilaron cuando les dio la gana. En esos tiempos el pueblo, en general, no era crítico ni andaba en contra del Gobierno porque la amplia clase media vivía bien.

Ahora ya no me detengo a relatar cómo vivimos porque TODOS lo estamos sintiendo. Ayer me llamaron de Fundación Azteca para hacerme una encuesta, acepté por el pobre chico que por fin consiguió un empleo y procuré tomarme con calma y paciencia el cuestionario que preguntaba qué pensaba yo de Salinas Pliego, del Presidente FECAL, del Gobernador de Chiapas y hasta de Mario Uvence, coleccionista privado a quien yo le quisiera preguntar cómo obtuvo para sí mismo lo de “el patrimonio de la nación”. Pues así es, nos quieren tapar los ojos con proyectitos, me peguntó también el chavo de la encuesta que qué opinaba yo de las mochilas escolares que les regalaron a los niños chiapanecos; le dije que me parecían de tan mala calidad como los maestros que tienen.

Creo que me hubiera convenido mucho ser adulto de los años cincuenta en este país, pero entonces no estaría escribiendo un blog de contenido social con el que pienso que cumplo con mi papel de ciudadana mexicana de mi momento histórico. Como mi abuelita decía: búscale hija, adentro de lo malo siempre hay algo bueno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario