Datos personales

Mi foto
SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, CHIAPAS, Mexico
MIS LIBROS: Olivos y Acebuches (cuento), Con un padre me basta (novela), Hablarán nuevas lenguas (poesía),Mar de cristal transparente (novela), Muy Intimos Quadernos (novela), Siete casos en busca de un psicólogo

domingo, 26 de agosto de 2012

El insulto agrario


DE PANZAZO OTRA VEZ
Estábamos en clase de “Pedagogía de la lingüística” cuyo objetivo, claro está, era el de enseñar a los maestros de nuestro sistema federal a enseñar lingüística a sus alumnos de primaria. Yo era la maestra y los alumnos eran maestros de escuelas primarias tanto de ciudad como de comunidades. Mi objetivo personal era reafirmar las bases de los conocimientos lingüísticos para que ellos, que saben tantas técnicas pedagógicas pudieran adaptarlos a niños de diferentes edades. El objetivo manifiesto de ellos: hacer una Maestría en Ciencias de la Educación y el motivo subyacente: obtener puntos y subir de escalafón y de salario, conseguir una base y esas cosas, sólo esas cosas y nada más.

Las clases eran divertidas porque ellos saben mucho de material didáctico, pegatinas y pegotes, hojas de colores, crayolas, juegos de lotería, juegos para romper el hielo, juegos para integrar equipos y juegos y juegos de todo tipo. Sin embargo, llegó el momento de poner la teoría en sus juegos y allí se inició el gran desastre: coloridas láminas con faltas de ortografía, oraciones en las que se señalaba al verbo como sujeto de la oración y otras en las que el verbo era “pacífico y hermoso” (sin era o sin fue o sin será) porque se les había olvidado ponerlo en el ejemplo; sin embargo los ejercicios de sintaxis estaban escritos con hermosos colores de plumones y crayolas. La lámina de los campos semánticos que hablaba de “vertebrados” e “invertebrados” me mostró a mí, por primera vez en mi vida, que hay vacas y borregos invertebrados y moscas y lombrices vertebradas; uno de los alumnos dijo a las maestras que presentaban su enorme y colorida lámina ¿no está equivocada?, es que no hay vacas invertebradas; ¡ah, sí!, dijeron y, sin inmutarse, ni apenarse, sin avergonzarse en lo más mínimo de ser capaces de poner eso frente a un grupo, sólo le pusieron unas flechas para que nuestros ojos vieran que los letreros iban al revés.

Y sin embargo, el galardón del día se lo llevó la maestra que explicó los “sinónimos” y dijo que eran conceptos medio parecidos y que a veces querían decir lo mismo. Esto lo tuvo que leer de su lámina verde brillante que había pegado en la pared y no pudo decirlo de memoria porque dijo que se ponía nerviosa. Así empezó con perro y chucho, con tedio y aburrimiento, con flojera y pereza, hasta que llegó a insulto y agrario. ¿Agrario?, le pregunté, ¿estás segura?, y la maestra, manos a la cintura como jarrito de Guadalajara me dijo muy segura de sí misma toda ella: Lo busqué en el diccionario, MAESTRA. Entonces, de la banca de atrás un compañero de ella levantó la mano y le dijo: Oye, ¿no será agravio lo que encontraste en el diccionario?, ¿distingues entre agrario y agravio? ¿Agravio?, bueno, sí, eso ha de ser, dijo ella muy enojada por la corrección y, cuando cambió la r por v y se fue a sentar a su lugar muy ufana, yo me di cuenta de que lo del Panzazo no es broma, que lo tengo delante, que no hablo por todos los maestros de nuestro sistema sino por los que conozco, pero de verdad que conozco demasiados.

Son capaces ustedes, les dije para terminar, que si dan clases de Historia de México no sepan si Benito Juárez era hermano de Hernán Cortés o si Juan Diego y Maximiliano firmaron un tratado de paz o inventaron la bandera mexicana entre los dos.

Fin de mi intervención y principio de mis grandes preguntas: ¿habré dejado algo positivo en ese grupo?, ¿habré ayudado algo a mi país?







4 comentarios:

  1. Sin palabras... Tristemente es lo que pasa en nuestro país
    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Un sistema educativo producto de un gobierno que en verdad no tiene muchas ganas de que el pueblo se eduque. ¡Tanta reforma educativa que han anunciado! No cabe duda que esta no se trata de la reforma educativa esperada ni mucho menos de la reforma agraria, en este caso es la reforma agravia (que daña más y más).
    No tengas duda de que la honestidad, aunque no pareciera, siempre ayuda en algo al país.

    ResponderEliminar
  3. Cuando mi hijo iba en tercero de primaria, le enseñaron a hacer promedios de 2, 3, 4, 5 y n.. numeros siempre dividiendo entre dos. Cuando trate de corregir a mi hijo, el estaba muy preocupado porque la maestra le iba a poner tache en la tarea pues no era como ella decia. Le tuve que hablar por telefono a la maestra y discutir que era el promedio y como se calculaba, y al final me dijo, si que lo haga su hijo como usted dice, en realidad no he terminado de explicarlo al grupo, y solo les di la primera parte. Me aterró saber que esta era la maestra de matemáticas. Que horror, y de verdad con tantas faltas de ortografía.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sabes que aprendí yo SusanA durante la vida escolar de mis hijos? Que la educación esta en casa. Hoy nuestros hijos son lo que son gracias a nosotras y pese a las escuelas. Bien por las mamas que se ocupan de ellos!!!!

      Eliminar