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SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, CHIAPAS, Mexico
MIS LIBROS: Olivos y Acebuches (cuento), Con un padre me basta (novela), Hablarán nuevas lenguas (poesía),Mar de cristal transparente (novela), Muy Intimos Quadernos (novela), Siete casos en busca de un psicólogo

miércoles, 12 de diciembre de 2012

CUADROS CHIAPANECOS

 

PRIMER ACTO: LA INVASIÓN
San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.

Foto: Beto Gotcha

Hace meses un predio fue invadido por paracaidistas como los que hay en cualquier parte del país, sólo que aquí en Chiapas son indígenas y entonces son discriminados por abusivos, por ladrones y, desde luego, por indios.
Los indios son personas buenas y malas, decentes e indecentes, flojos y trabajadores, honestos y ladrones, o sea: hay de todo entre ellos igual que entre nosotros los caxclanes, los no indios. Sin embargo, el odio ancestral entre indios y ladinos pues aquí en Chiapas persiste por los siglos de los siglos. Amén.
Que ya saquen de esas tierras a los indios, que ya les den su merecido, que les echen a la policía, indios abusivos, indios descarados, indios indeseables, ¿qué hacen estos infelices en nuestra ciudad?. Eso se oye aquí en San Cristóbal, en cualquier calle, en cualquier café y hasta en misa.
En el fondo de tanto odio hay miedo. Mucho miedo. Porque un día vendrán con sus palos y machetes y nos matarán a todos, a nosotros los coletos porque nos tienen envidia, porque nos odian. En la discriminación hay un espantoso miedo, y recónditas culpas también.

Volvamos a La Invasión:
El predio de 7 hectáreas es de una gringa y eso sí está bien visto aquí: los güeritos con dinero son gente decente y, como era de una gringa, yo no entiendo tanta hiperreacción del pueblo coleto ante la dichosa invasión. Invadieron unos cuantos: los líderes y los líderes prometieron al pueblo tzotzil por fin un terrenito, una propiedad que iba a ser legalizada y, en pocas palabras, por fin un hogar. Los líderes son líderes aquí y en el DF y en cualquier lugar del país y del mundo, hablan hasta por los codos y encantan con promesas a todos los incautos (yo he sido incauta muchas veces así es que mejor no juzgo). Los líderes convencieron a 600 familias indígenas y les pidieron 2300 pesos para cerrar el trato y después, cuotas mensuales.
En el bloqueo de carreteras que hicieron había una niña triste, una niña madre con bebé en el rebozo, la cabeza agachada y una capucha de zapatista que dejaba ver a leguas la tristeza de la niña. Todo lo perdió en un día.
 
SEGUNDO ACTO: LAS FUERZAS ARMADAS

Foto: Beto Gotcha

En ambos lados hay armas y rabia, mucha rabia.
La policía estatal se decide a intervenir para desalojar por fin a los indios y éstos reaccionan aceleradamente, cierran la carretera y se arman de palos y machetes, también saben hacer bombas molotov con nueva tecnología porque les ponen clavos que saldrán disparados contra el enemigo.
Cierran la carretera en el portón de entrada de la colonia donde vivo y yo me uno a su suerte porque quedo sitiada y esperando a la policía. Desde el primer momento hay helicópteros sobrevolando todo el día, los helicópteros que vuelan y los indios que les lanzan cohetes. Desde el encierro en que me encuentro durante varios días no sé si los sonidos siguen siendo de cohetes o ya son de balazos, de sus bombas molotov, no sé si el ruido de afuera son gritos, son provocaciones o son quejas de dolor.

En la ciudad hay mucha gente que ni enterada está.
Y es que Chiapas acaba de ser declarada por la ONU “Comunidad segura”
Las noticias de radio y TV son lindas, de ecología y eso, no de indios en guerra.
Hasta aprendo a twittear.

Los cuatro vecinos que vivimos en este lugar nos hermanamos en una desgracia que nadie entiende. Mis hijos me dicen que no es para tanto, que es algo local, el problema es que lo local es en mi puerta y yo no duermo adivinando si ya están afuera matándose o sólo están borrachos. Se me acaban las fuerzas y las Coca-Colas, me siento en desgracia.
Y allá afuera debe estar la niña triste que lo perdió todo y también me dijeron que una anciana encapuchada traía un palo para golpear al Gobierno enemigo, pero que lo andaba usando de bastón.


TERCER ACTO: EL ENFRENTAMIENTO
(Aquí no hay foto porque al único reportero que se atrevió a sacar una cámara lo apedrearon)

Después del aviso de que treinta camiones de policía estaban ya en la ciudad para desalojar a los indios, las noticias del día siguiente dicen que ya se fueron porque no recibieron órdenes de atacar. Los medios de comunicación vendidos (como se usa en este país) y la estrategia era sólo para destantearlos, ¿a quiénes? Pues quién sabe porque los verdaderos destanteados fuimos los habitantes de esta zona perdida de la ciudad: ¿salgo o me quedo?, ¿ya podré pedir gas y dejan pasar al camión?, ¿cuántos días o semanas más va a durar esto si ya se fue la policía? Guerrita psicológica del Honorable Gobierno de Chiapas que se llevó entre las patas a la población civil, que al cabo ni éramos tantos y pues somos solamente daños colaterales en la lucha por la justicia de la Nación.
Salimos a pie pidiéndoles permiso y saltando sus trancas y obstáculos. Nos miran mal, algunos agreden verbalmente, piden dinero, se muestran prepotentes y yo les digo que yo también estoy contra el Gobierno porque es corrupto y ratero (y como es verdad me sale del alma y me creen). Pasamos al otro lado y la calle está vacía, caminamos mucho hasta llegar a la civilización y allí, en el OXO de entrada a la ciudad: la policía otra vez y ahí viene el lobo… ahí viene.  De hecho llegó hasta nuestro portón y a los 5 minutos de haber llegado nosotros a “zona segura”.
Tomamos un taxi hasta el Centro donde nadie sabe nada, donde oyen los helicópteros y creen que son por la Virgen de Guadalupe. En una cafetería, en vez de pedir café, me pongo a llorar.
Cuando estamos allí escuchamos que ya desalojaron a los indios, entonces hablamos con nuestros vecinos también refugiados en la ciudad y sabemos que es hora de regresar a casa. Es hora de llegar a esa calle con olor a pólvora, con restos de lucha, de carreras, de golpes, con cenizas de fogatas nocturnas, con basura de los indios y con huellas de las botas de los policías.

ACTO FINAL: CATA
Cata trabaja conmigo, me ayuda a asear la casa. Es una mujer tzotzil muy inteligente pero, sobre todo, muy buena persona. A ella no le importa lo de los indios y los caxclanes, es afectuosa, ayudadora, leal y, aunque es inteligente, confió en los líderes.
Ella era invasora porque le vendieron un terreno y le prometieron escrituras y aunque yo y sus otros patrones le advertimos que eso iba a acabar mal, pues ella les cree más a los de su comunidad, a los líderes que hoy tristemente sabe: son corruptos, muy corruptos.
Pa´ lo que le importa al Domingo estar ahorita en la cárcel con todo el dinero que se llevó y yo todavía debo de la cantidad que pedí para pagar lo de mi predio y al fin de cuentas nunca fue mío. Todavía el primer día que oímos que venía la policía quise sacar mis cosas y llevarlas donde mi hermana, pero el Jacinto se nos envalentonó y dijo que nadie sacaba nada porque no nos iban a desalojar y nos iban a dar papeles legales. Yo ya no le creí nada pero tampoco pude sacar mis cosas.
La policía quemó las casitas de los invasores, fue fácil porque la mayoría tenían techos de palos, de cartones y de plásticos.
Se quemaron las casitas y el colchón de Cata, y su ropa, y sus artesanías que estaba bordando para vender, y todo lo demás que ya no pudo decir porque empezó a llorar.


2 comentarios:

  1. Jorge Luis Olalde Echeagaray31 de diciembre de 2012, 12:00

    Que no tienen nuevo gobernador. Que muy querido por el pueblo chiapaneco. Que es el redentor del pueblo.
    Me confunden tus comentarios.

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  2. Así es, lo leo y lo creo! además hay que sumarle que en fechas anteriores, hubo una marcha de "Coletos" , "autenticos colectos" o de Sancristobalences!!..no sé bien! pero, las consignas eran similares, esto lo escuché en las noticias, decían: " no hay que permitir que nos invadan los indígenas"! y aunque nunca he invadido ni agredido a ningún coleto, me sentí aludida porque efectivamente soy indígena...parece una lucha eterna y en muchos lugares, no sólo aquí, lo he escuchado en Guatemala, lo viví en Chile, también lo escuche en España, las diferencias ya sean por etnia, raza, creencia, religión, partido político han sido el origen de muchos conflictos que desafortunadamente han terminado con muchas vidas!.... algo que aprendí cuando asistí al diplomado en Cultura de Paz y resolución de conflictos, era no generalizar, es decir: no todos los indígenas invadimos, por otro lado es importante despersonalizar el conflicto, una cosa es el problema y otra la persona... y sobre todo que resolver un conflicto requiere tiempo y diálogo... imposible de invertir cuando la policia lo puede "resolver" más rápido con sus ya conocidas técnicas... y esto de una Cultura de PAZ, me agrada pero lo veo complejoo un verdadero reto, pues implica respetar todo aquello que no es igual a mí, promoviendo la justicia y la equidad, pues unos indaven y otros desde la política dejan endeudados al Estado... haber que pinta para este sexenio!!!...

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