PRIMER ACTO: LA INVASIÓN
San Cristóbal de Las Casas,
Chiapas.
Foto: Beto Gotcha |
Hace meses un predio fue invadido
por paracaidistas como los que hay en cualquier parte del país, sólo que aquí
en Chiapas son indígenas y entonces son discriminados por abusivos, por
ladrones y, desde luego, por indios.
Los indios son personas buenas y
malas, decentes e indecentes, flojos y trabajadores, honestos y ladrones, o
sea: hay de todo entre ellos igual que entre nosotros los caxclanes, los no
indios. Sin embargo, el odio ancestral entre indios y ladinos pues aquí en
Chiapas persiste por los siglos de los siglos. Amén.
Que ya saquen de esas tierras a los
indios, que ya les den su merecido, que les echen a la policía, indios
abusivos, indios descarados, indios indeseables, ¿qué hacen estos infelices en
nuestra ciudad?. Eso se oye aquí en San Cristóbal, en cualquier calle, en
cualquier café y hasta en misa.
En el fondo de tanto odio hay
miedo. Mucho miedo. Porque un día vendrán con sus palos y machetes y nos
matarán a todos, a nosotros los coletos porque nos tienen envidia, porque nos
odian. En la discriminación hay un espantoso miedo, y recónditas culpas
también.
Volvamos a La Invasión:
El predio de 7 hectáreas es de una
gringa y eso sí está bien visto aquí: los güeritos con dinero son gente decente
y, como era de una gringa, yo no entiendo tanta hiperreacción del pueblo coleto
ante la dichosa invasión. Invadieron unos cuantos: los líderes y los líderes
prometieron al pueblo tzotzil por fin un terrenito, una propiedad que iba a ser
legalizada y, en pocas palabras, por fin un hogar. Los líderes son líderes aquí
y en el DF y en cualquier lugar del país y del mundo, hablan hasta por los
codos y encantan con promesas a todos los incautos (yo he sido incauta muchas
veces así es que mejor no juzgo). Los líderes convencieron a 600 familias
indígenas y les pidieron 2300 pesos para cerrar el trato y después, cuotas
mensuales.
En el bloqueo de carreteras que
hicieron había una niña triste, una niña madre con bebé en el rebozo, la cabeza
agachada y una capucha de zapatista que dejaba ver a leguas la tristeza de la
niña. Todo lo perdió en un día.
SEGUNDO ACTO: LAS FUERZAS ARMADAS
Foto: Beto Gotcha |
En ambos lados hay armas y rabia,
mucha rabia.
La policía estatal se decide a
intervenir para desalojar por fin a los indios y éstos reaccionan
aceleradamente, cierran la carretera y se arman de palos y machetes, también
saben hacer bombas molotov con nueva tecnología porque les ponen clavos que
saldrán disparados contra el enemigo.
Cierran la carretera en el portón
de entrada de la colonia donde vivo y yo me uno a su suerte porque quedo
sitiada y esperando a la policía. Desde el primer momento hay helicópteros
sobrevolando todo el día, los helicópteros que vuelan y los indios que les
lanzan cohetes. Desde el encierro en que me encuentro durante varios días no sé
si los sonidos siguen siendo de cohetes o ya son de balazos, de sus bombas
molotov, no sé si el ruido de afuera son gritos, son provocaciones o son quejas
de dolor.
En la ciudad hay mucha gente que ni
enterada está.
Y es que Chiapas acaba de ser
declarada por la ONU “Comunidad segura”
Las noticias de radio y TV son
lindas, de ecología y eso, no de indios en guerra.
Hasta aprendo a twittear.
Los cuatro vecinos que vivimos en
este lugar nos hermanamos en una desgracia que nadie entiende. Mis hijos me
dicen que no es para tanto, que es algo local, el problema es que lo local es
en mi puerta y yo no duermo adivinando si ya están afuera matándose o sólo
están borrachos. Se me acaban las fuerzas y las Coca-Colas, me siento en
desgracia.
Y allá afuera debe estar la niña
triste que lo perdió todo y también me dijeron que una anciana encapuchada
traía un palo para golpear al Gobierno enemigo, pero que lo andaba usando de
bastón.
TERCER ACTO: EL ENFRENTAMIENTO
(Aquí no hay foto porque al único reportero que se atrevió a sacar una cámara lo apedrearon)
Después del aviso de que treinta
camiones de policía estaban ya en la ciudad para desalojar a los indios, las
noticias del día siguiente dicen que ya se fueron porque no recibieron órdenes
de atacar. Los medios de comunicación vendidos (como se usa en este país) y la
estrategia era sólo para destantearlos, ¿a quiénes? Pues quién sabe porque los
verdaderos destanteados fuimos los habitantes de esta zona perdida de la
ciudad: ¿salgo o me quedo?, ¿ya podré pedir gas y dejan pasar al camión?,
¿cuántos días o semanas más va a durar esto si ya se fue la policía? Guerrita
psicológica del Honorable Gobierno de Chiapas que se llevó entre las patas a la
población civil, que al cabo ni éramos tantos y pues somos solamente daños
colaterales en la lucha por la justicia de la Nación.
Salimos a pie pidiéndoles permiso y
saltando sus trancas y obstáculos. Nos miran mal, algunos agreden verbalmente,
piden dinero, se muestran prepotentes y yo les digo que yo también estoy contra
el Gobierno porque es corrupto y ratero (y como es verdad me sale del alma y me
creen). Pasamos al otro lado y la calle está vacía, caminamos mucho hasta
llegar a la civilización y allí, en el OXO de entrada a la ciudad: la policía
otra vez y ahí viene el lobo… ahí viene.
De hecho llegó hasta nuestro portón y a los 5 minutos de haber llegado
nosotros a “zona segura”.
Tomamos un taxi hasta el Centro
donde nadie sabe nada, donde oyen los helicópteros y creen que son por la
Virgen de Guadalupe. En una cafetería, en vez de pedir café, me pongo a llorar.
Cuando estamos allí escuchamos que
ya desalojaron a los indios, entonces hablamos con nuestros vecinos también
refugiados en la ciudad y sabemos que es hora de regresar a casa. Es hora de
llegar a esa calle con olor a pólvora, con restos de lucha, de carreras, de
golpes, con cenizas de fogatas nocturnas, con basura de los indios y con
huellas de las botas de los policías.
ACTO FINAL: CATA
Cata trabaja conmigo, me ayuda a
asear la casa. Es una mujer tzotzil muy inteligente pero, sobre todo, muy buena
persona. A ella no le importa lo de los indios y los caxclanes, es afectuosa,
ayudadora, leal y, aunque es inteligente, confió en los líderes.
Ella era invasora porque le
vendieron un terreno y le prometieron escrituras y aunque yo y sus otros
patrones le advertimos que eso iba a acabar mal, pues ella les cree más a los
de su comunidad, a los líderes que hoy tristemente sabe: son corruptos, muy
corruptos.
Pa´ lo que le importa al Domingo
estar ahorita en la cárcel con todo el dinero que se llevó y yo todavía debo de
la cantidad que pedí para pagar lo de mi predio y al fin de cuentas nunca fue
mío. Todavía el primer día que oímos que venía la policía quise sacar mis cosas
y llevarlas donde mi hermana, pero el Jacinto se nos envalentonó y dijo que
nadie sacaba nada porque no nos iban a desalojar y nos iban a dar papeles
legales. Yo ya no le creí nada pero tampoco pude sacar mis cosas.
La policía quemó las casitas de los
invasores, fue fácil porque la mayoría tenían techos de palos, de cartones y de
plásticos.
Se quemaron las casitas y el
colchón de Cata, y su ropa, y sus artesanías que estaba bordando para vender, y
todo lo demás que ya no pudo decir porque empezó a llorar.
Que no tienen nuevo gobernador. Que muy querido por el pueblo chiapaneco. Que es el redentor del pueblo.
ResponderEliminarMe confunden tus comentarios.
Así es, lo leo y lo creo! además hay que sumarle que en fechas anteriores, hubo una marcha de "Coletos" , "autenticos colectos" o de Sancristobalences!!..no sé bien! pero, las consignas eran similares, esto lo escuché en las noticias, decían: " no hay que permitir que nos invadan los indígenas"! y aunque nunca he invadido ni agredido a ningún coleto, me sentí aludida porque efectivamente soy indígena...parece una lucha eterna y en muchos lugares, no sólo aquí, lo he escuchado en Guatemala, lo viví en Chile, también lo escuche en España, las diferencias ya sean por etnia, raza, creencia, religión, partido político han sido el origen de muchos conflictos que desafortunadamente han terminado con muchas vidas!.... algo que aprendí cuando asistí al diplomado en Cultura de Paz y resolución de conflictos, era no generalizar, es decir: no todos los indígenas invadimos, por otro lado es importante despersonalizar el conflicto, una cosa es el problema y otra la persona... y sobre todo que resolver un conflicto requiere tiempo y diálogo... imposible de invertir cuando la policia lo puede "resolver" más rápido con sus ya conocidas técnicas... y esto de una Cultura de PAZ, me agrada pero lo veo complejoo un verdadero reto, pues implica respetar todo aquello que no es igual a mí, promoviendo la justicia y la equidad, pues unos indaven y otros desde la política dejan endeudados al Estado... haber que pinta para este sexenio!!!...
ResponderEliminar