Añadir leyenda |
Estoy releyendo una enorme novela del siglo pasado: Los bandidos de Río Frío, del escritor mexicano Manuel Payno, y fue porque mi abuelo decía que nadie puede morir sin haberla leído. Mi abuelo no era lector, por supuesto, y me sorprendió muchísimo el día que me dijo eso, debe ser, pensé, una grandiosísima obra para que este viejito que no lee ni el periódico la esté recomendando. En ese entonces yo no sabía lo de las “proyecciones” al leer y al escribir y es que si me identifico con algún personaje, pueblo, escenario, ideas, tramas, pues prácticamente quedo enganchado porque he hecho de ese libro algo mío. Eso fue lo que le pasó a mi abuelo con Los bandidos.
Al comenzar la lectura pensé que el estilo pesado y muuuuuy descriptivo de nuestra literatura mexicana de esos tiempos me serviría de somnífero, pero no fue así porque yo también me enganché con la historia de nuestro México de hace tantos y tantos años que era el país de mi abuelo del que se sentía parte y hasta debe haber sentido que la obra se la habían escrito para él.
Ando en las arañas y quedé fascinada con la escena: allá en la antigua Ciudad de México una mujer muy pobre criaba a un niño que recogió en la calle y lo hacía a su entender, con mucho amor. El niño bien comido y bien cuidado se quedaba tranquilo en su cuna y arriba de la cuna había muchas telarañas colgadas del techo con sus respectivas arañas haciendo malabares con los que el bebé se entretenía muchísimo porque las arañas hacían sus piruetas y el niño quería alcanzarlas con las manos en un interminable y entretenido juego que lo hacía feliz.
No puedo decir nada más que mi abuelo tenía razón, las arañas del libro me recordaron los móviles sobre las cunas de mis hijos: con cuerda y musiquita. Ignoro si mi abuelo registró esta escena y lo más probable es que no porque hay muchas de balazos y bandidos, por supuesto, y con esas no me he enganchado yo. Para eso son los libros, claro está, para darle a cada quién lo que le guste.
Y, pues si mi abuelo lo hizo, ¿por qué yo no? Creo que nadie puede morirse sin haber leído Romeo y Julieta (en su versión original), Pedro Páramo, El retrato de Dorian Gray, La metamorfosis, Cien años de soledad y Seda.
P.D. Podrían morirse en paz sin haber leído mis novelas, sin embargo se las recomiendo mucho.
Lupita, como siempre muy interesante leerte! yo ya leí tu libro y muy recomendable! te animas? hay una invitación de la Universidad Intercultural de Las Margaritas para presentar tu libro, te llamo para concretar!!! y sí, a mi el libro que siempre sugiero es el de Pedro Páramo... "vine a Comala, porque aquí me dijeron que vivía mi padre... me lo dijo mi madre"... me emociona ese libro!! y la obra de teatro también la he visto... y la película también... abrazos Lupita!!!
ResponderEliminar