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SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, CHIAPAS, Mexico
MIS LIBROS: Olivos y Acebuches (cuento), Con un padre me basta (novela), Hablarán nuevas lenguas (poesía),Mar de cristal transparente (novela), Muy Intimos Quadernos (novela), Siete casos en busca de un psicólogo

martes, 29 de julio de 2014

Lo que el deporte sí es

Este fin de semana una niña de 9 años nos dio a los adultos una gran lección. se llama Natalia, es mi nieta, vive en Montevideo y ama los deportes. Ultimamente aprender a navegar en un barquito de vela; es su pasión.

Pero vamos a mi antecedente que es lo que me hace hablar de deportes hoy:
Veo los mundiales de futbol y también muchos eventos de las Olimpiadas y cada vez que los veo observo, con tristeza la deshumanizada lucha que son el día de hoy los llamados "deportes" que deberían ser el símbolo de la salud física y mental.
Músculos desgarrados y lesiones graves de los atletas que se esfuerzan más allá de las posibilidades reales del cuerpo humano, cuerpos deformes por el exceso de uso de espaldas en los nadadores, de piernas en las gimnastas, de brazos en los tenistas, y siempre me he preguntado ¿es humanamente sano transgredir los límites de nuestro cuerpo por una competencia? Y esto lleva hasta las hoy obligatorias pruebas de antidopping porque no puedo ganar al adversario, no puedo ser el número uno si no obligo a mi cuerpo mucho más allá de sus límites. Eso es el deporte y todos lo aplauden.
En el pasado Mundial vi más horrores, así es: cada año y cada nuevo evento el deporte es más una lucha a muerte que me recuerda las batallas medievales del Mio Cid, se trata de cortar cabezas, de matar si se puede. Un jugador muerde a otro, otro golpea con la cabeza hasta que sangre el enemigo, a otro le rompen la pierna porque la meta es el Gol, el aplauso, la fama, el dinero, etc. pero no, de ninguna manera la salud y el bienestar físico.


Natalia se preparó durante mucho tiempo para una gran competencia y viajó a otra ciudad con su familia para el evento. Lo hizo muy bien durante los entrenamientos, se sentía segura y feliz. El deseado arranque de los barquitos llegó y los niños salieron a navegar y... cuando apenas había empezado la competencia Natalia vio que un niño en su barquito lloraba asustado y desesperado porque ya no sabía cómo maniobrar y entonces ella se salió de la competencia y fue a auxiliarlo; en su maniobra se golpeó la cabeza y, a los pocos minutos de haber empezado, ella salió de la competencia accidentada y descalificada, claro; pero con un niño salvado de su terror por una mano amiga.
El público la ovacionó y para ella ese fue el Gran Premio de la competencia más importante de sus 9 años. Y esa es la gran lección que puede darnos un niño sobre el deporte: primero están los seres humanos y ni el premio, ni la medalla del ganador, ni nada importa más que una persona en problemas.

4 comentarios:

  1. Que bonito, menuda calidad humana la de Nati a sus 9 años

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  2. Seguro que la tal Natalia salió a su agüela, que hace algunos ayeres me inculcó los placeres de la lectura y hoy honrosamente la cuento entre mis mejores amigos.

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  3. Que hermoso...no puedo negar que derrame unas cuantas lagrimas =)
    esto me recuerda por qué me conforta estar rodeada de niños mas que de algunos adultos...
    Gracias Lupita, gracias Natalia =)

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    Respuestas
    1. Qué gusto encontrarte Ale en esta página. Te recomiendo el blog de Natalia, ella también escribe y el link está aquí mismo. Un abrazo grande Ale.

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