El Papa Francisco viene a México y además, viene a San Cristóbal por lo que la gente vendrá a verlo desde Centro y Sudamérica aunque los mensajes que nos dará se aprecian mejor por televisión.
Yo no niego que quisiera verlo, pero no por ser el Papa, sino porque es uno de los más auténticos cristianos que he conocido: honesto, valiente y tan inteligente como para invitarnos a sentirnos hermanos de todos los hombres y mujeres de cualquier religión y también, de cualquier preferencia sexual. Es un Papa escandaloso, como lo habrá sido Jesús predicando todo lo que decía en aquellos tiempos, un revoltoso al que admiro mucho.
Esta pequeña ciudad donde vivo ya es un caos, limpian las calles por donde va a pasar y se encargan de la logística con un esmero que nunca había yo visto porque viene el representante de Dios en esta Tierra y por supuesto no se darán cuenta nunca que el mismo Dios está en las calles todos los días, con hambre, con frío, con salarios injustos, sin trabajo, víctima de la corrupción, porque eso dicen los Evangelios: encuentra a Dios en el prójimo porque allí está. Pero, en fin, se pulen las calles para que pase el Papa, los indigentes no tienen nada que ver con él.
Ayer me trataron de vender un boleto para la Misa del Papa, que será multitudinaria y que será maravillosa, pero prefiero no asistir nunca más a una Liturgia que pagar por ella, ¿no es eso lo que ha estado pidiendo el Papa Francisco?, "que los servicios religiosos no se cobran". Le mandé un twitter al Papa para decir esto, me encontré muchísimos más mensajes quejándose de lo mismo, es un show, un evento, un acto político, van los ricos que aquí se llaman "auténticos coletos" y los amigos de los padrecitos de las parroquias, también van los indígenas acarreados que no saben ni a qué van pero deben llevar sus ropas típicas para representar a sus pueblos. La chica que me ayuda en casa es indígena tzotzil, le pregunto ¿ya sabes que va a venir el Papa?, sí, pero no sé quién es ése. ¿Tú crees en Dios?, le digo, tampoco sé quién es ese otro. Así las cosas.
Algunos boletos son de reventa como el que me ofreció ayer una mujer muy católica que anda comerciando con esto, y en cuanto a los otros boletos, los padrecitos de las parroquias aquí en San Cristóbal (y en el resto del país) son los que los reparten para la Misa y ellos determinan si la persona se merece o no el boleto, como ha dicho el Obispo: "que garanticen ser personas de confianza". He oído declaraciones de estos Santos Señores Obispos y Curas sobre lo equivocado que está el Papa con lo de perdonar a quienes abortan, a quienes se divorcian y a quienes son homosexuales y ellos son quienes ahora dictaminan "quién es de confianza para acercarse al Papa". Al Padre Francisco no le gusta nada toda esta porquería que hay en la Iglesia, pero hace su trabajo pastoral contra viento y marea. Que Dios lo guarde al frente de la Iglesia Católica muchos años.
Eso es lo que yo quiero, no necesito verlo.
que fuerte
ResponderEliminar