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SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, CHIAPAS, Mexico
MIS LIBROS: Olivos y Acebuches (cuento), Con un padre me basta (novela), Hablarán nuevas lenguas (poesía),Mar de cristal transparente (novela), Muy Intimos Quadernos (novela), Siete casos en busca de un psicólogo

sábado, 5 de marzo de 2011

HISTORIA FAMILIAR DE ALLÁ Y DE ACÁ



LA HISTORIA DE ALLÁ

Allá es el cielo. Mi hermano Enrique y yo pensamos que al cielo también van nuestros perros y, de hecho, sin pasar por ningún purgatorio porque en general son siempre buenísimos, nos besan y abrazan y hacen fiestas aunque estemos de mal humor y aunque los hallamos tratado mal.

Mi mamá quería mucho a los perros, cuando yo era niña llegamos a tener hasta cinco en casa, más cinco niños y una abuelita, pues la pura felicidad. Siempre que mi mamá estuvo de visita en mi casa de Chiapas fue amiga solidaria de mis perros: los Osos, ella abogaba porque pudieran estar dentro de la casa todo el tiempo que quisieran y ellos, enormes peludos agradecidos, se sentaban a sus pies siempre. El Oso mayor se llamaba Ursus y murió hace unas semanas. Mi mamá murió el 4 de marzo de hace un año y creo que están juntos en un mismo cielo a donde también espero ir yo cuando me toque.

Quisiera hoy que esta certeza de una felicidad espiritual después de esta vida sanara ya la herida de mi duelo, pero no es así todavía, por eso es que he buscado esta foto que fue de acá y ahora es la realidad del más allá.







LA HISTORIA DE ACÁ

Acá es mi mundo y mi país, en un lugar perfecto junto al mar: Mazatlán. Acá está mi tío Chebo que hoy cumple 98 años, él es el único sobreviviente de la generación de mis papás. Nosotros, los hijos, como dijo mi hermana: pues ya estamos en primera fila (Sí, pero no empuuuuujeeenn!!!)

Para mí, mi tío Chebo es una enorme sonrisa, porque siempre tiene el humor de estarse riendo, ahora sí que no sé si se ríe de mí o conmigo, pero contagia su buen humor. Mi tío es mi héroe, nada de andar hablando de muerte ni de tonterías, se siente vivo y feliz, no se anda quejando por los rincones y con tantos años encima se ha hecho muy amoroso.

A mi tío Chebo lo recuerdo como antes, cuando yo era niña, vestido con su uniforme de médico militar: guapísimo, todo un personaje. Lo recuerdo joven junto a mi padre, cuando se veían se abrazaban mucho y se hacían bromas y se sabía a leguas lo mucho que se querían. Mi papá y mi tío: grandes inteligencias, cada uno lo decía del otro: mira hijo, hija, tú saliste tan inteligente como tu tío. A mi tío lo recuerdo con enorme cariño y todavía puedo llamarlo por teléfono y también puedo ir a verlo.

Acá estamos aún los que estamos y el tío Chebo hoy cumple un año más. Celebro a la vida con él y lo abrazo desde aquí.

2 comentarios:

  1. Me encantó la historia de Memi y el Oso en el cielo.
    Yo creo que así es y espero que cuando nos toque lleguemos mi Nacho (mi perro) y yo hacerles compañía.
    Ella durante su último año se hizo muy amiga de Nacho y tal cual dices él siempre a sus pies.

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  2. que bonito historia de los de Acá del tío chebo, que hermoso es tener a alguien a quien admirar; que sería de nosotros en un mundo vacío sin sonrisas, sin alguien que nos motive a seguir adelante en este mundo lleno de sosobra.

    Atentamente.
    Marisol.

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