No sé de qué se trata ese dolor, solamente lo imagino y no quiero saberlo.
Mi mente se bloquea si pretendo imaginar a Julieta, a Sofía o a Aurelio muertos. Son muertes inimaginables, son cadáveres no posibles para mí. Por eso entiendo y no entiendo a Javier Sicilia y a todos los padres que han tenido que enterrar a un hijo. Definitivamente: los hijos deben morir después de los padres, es una verdad con lógica y debería ser una ley divina.
El poeta dice haber escrito el último poema de su vida y entiendo que desea que muera la poesía, que mueran las palabras, que todo pare, que reine el silencio aunque ni todo eso acallará tanto dolor. No sé qué habrán rezado, cantado, gritado, qué amenazas y reclamos habrán proferido, qué lamentos les habrán desgarrado a todas las madres y padres mexicanos de esta nuestra nueva época de “la lucha contra el crimen”, porque veo en las estadísticas de los cuenta-muertos de este país que la cifra ya asciende a 35 000 muertos más 9 000 desaparecidos. Muchos jóvenes y niños entre ellos, muchos inocentes, muchos muertos de hambre antes que muertos por balas.
Luego vienen los reclamos posibles: las denuncias, las marchas, las querellas legales. Yo me uno a ellas, a todas y a cada una de ellas pese a que sé que mi petición de justicia a nuestras autoridades es tan inútil como mi voto en las urnas. Investigaremos el caso y llegaremos hasta el final, la justicia será implacable, encontraremos a los asesinos, se aplicará todo el rigor de la ley y bla bla bla. Eso es todo lo que consiguen padres y madres deshijados, agónicos, suplicantes. Eso es todo lo que conseguimos en México quienes los acompañamos en su exigencia de justicia. Y ante una fuerte exigencia como la de la figura de Javier Sicilia ante el presidente Calderón pues ya también sabemos que nuestras autoridades son una y mil veces capaces de buscarse al chivo expiatorio y llenar las cárceles de “presuntos culpables”. Hasta de eso tenemos que cuidar a nuestros hijos.
Quisiera tener palabras de consuelo para todos los padres y las madres que han perdido a un hijo, muerto por balas, muerto por hambre, muerto por una enfermedad curable, muerto en el desierto de Arizona, muerto porque lo confundieron, muerto porque lo torturaron. Quiero unirme a todos los que reclamamos enérgicamente la sanguinaria decisión de nuestro presidente de hacer una guerra que sólo a él le conviene.
Yo sólo tengo palabras y junto con ellas quiero que quienes sufren los horrores actuales de este país sepan que aquí estoy con ustedes.
En todas las guerras posibles los que ganan son los que fabrican y trafican las armas, la que se libra en México no es la excepción, los gringos las venden a la delincuencia organizada y al gobierno desorganizado y así el negocio es redondo porque los muertos,hasta ahora,son casi totalmente puestos por el anónimo pueblo mexicano. Nuesto eximio FElipe CALderon hINOjosa nos advirtió sobre los "daños colaterales" y su "Genízaro" García Luna ya nos hechó siete años más de mala muerte, y si alguien conoce a los narcos y la obediencia a los intereses gringos es él, y yo creo más en él que en su presunto jefe quien asegura que nuestra economía mejorará porque se lo "sopló un pajarito", (marca Obama llorarás). Por eso es que ya ESTAMOS HASTA LA MADRE Y NO MAS SANGRE derramada en nuestra patria.
ResponderEliminarGRACIAS LUPITA POR ESTE ESPACIO Y POR EXPRESAR LO Q SENTIMOS Y LA MAYORÍA PENSAMOS, DE LO Q ESTA PASANDO EN NUESTRO PAÍS.
ResponderEliminarPORQ AHORA LAS TIENDAS DE ABARROTES TIENEN REJAS, PORQ EN LA CASA HAY Q PONER PROTECCIONES,LA INSEGURIDAD Q SE VIVE EN ALGUNOS ESTADOS QUE SALES DE TU CASA Y NO SABES SI REGRESARAS.
CON CARIÑO SELENE LOPEZ
PORQ LE PIDES A DIOS Q TE TOQUE UN BUEN MEDICO Y TE DE EL DIAGNOSTICO CORRECTO.
Estoy de acuerdo que esta guerra contra el narco no debería de ser, pero no me quiero imaginar como sería este país en 10 años si hubieran dejado que el narco creciera sin control. Pero que será peor el "que hubiera sido" o el "que será"?
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