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SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, CHIAPAS, Mexico
MIS LIBROS: Olivos y Acebuches (cuento), Con un padre me basta (novela), Hablarán nuevas lenguas (poesía),Mar de cristal transparente (novela), Muy Intimos Quadernos (novela), Siete casos en busca de un psicólogo

viernes, 4 de mayo de 2012

El Día de



Acaba de pasar el Día del Niño y estamos por llegar al Día de la Madre y luego vendrá el Día del Maestro y luego el Día del Padre y no sé si ya fue pero existe e importa mucho el Día del Compadre y también hay Día del Estudiante y Día del Médico y mis compañeros me acaban de informar que el 21 de mayo es Día del Psicólogo, y también sé que hay Día del Abuelo y bueno, el Día de la Mujer es “Internacional”. Y me falta el Día del Amor y la Amistad y el Día del Trabajo que acaba de pasar y es precisamente cuando nadie trabaja y el Día de la Santa Cruz que en realidad es el Día de los Albañiles y entonces celebran y no trabajan en toda una semana porque están crudos, y, cuando yo tenía secretaria me enteré que también hay un Día de la Secretaria y, obvio, tampoco quieren trabajar en su día.

Ahora también están de moda el Día Internacional de lucha contra el sida, de no fumar, de lucha contra el cáncer, del medio ambiente y de la no violencia. Y con todos estos días ya no sé cuántos quedan del año que no sean día de nada ni de nadie, ¿quedarán algunos? Porque seguro que se me olvidan muchos que no me sé.

Mi tía Pita murió de cien años y era una mujer sabia porque eso dan los años: sabiduría; así entonces, cuando le contábamos algo que no tenía lógica nos decía: “Y eso, ¿qué contiene?” Mis hermanos y primos y yo teníamos que explicarle qué contenía ir a bailar a un lugar oscuro con luces de colores, qué contenía usar minifaldas y qué contenía tener novio a los 15 años. Hoy la oigo con su preguntita de siempre y podría decirle que tanto “Día de” contiene una enorme carga de publicidad, de mercantilismo y de estupidez porque si, como seres humanos, necesitamos un “Día de” para acordarnos de que tenemos madre o padre, o abuelos, o que somos médicos, o psicólogos, o estudiantes, pues mal está la cosa. Si sólo con el “Día de” recordamos que ser fumadores nos está dañando, o que nos estamos cargando al planeta o que la prevención del cáncer es importante, pues mal, muy mal está la cosa. O bien, lo que contiene esto son unas enormes ganas de celebrar, beber, bailar y, desde luego, de no trabajar ese día, ni la víspera porque estamos en los preparativos, ni el que sigue porque estamos en la resaca y hacemos puente para celebrar en grande.

Y por último, aunque en realidad es como lo primero: hay que regalar, hay que comprar, para eso hay ofertas en esos días y ventas nocturnas y meses sin intereses y monederos electrónicos y todo lo que la imaginación mercadotécnica puede idear para tener abarrotadas las tiendas de personas que se sienten con la obligación de dar regalos. Y, a propósito de los regalos, todavía sigo viendo en los comerciales de la televisión que a las mamás se les regalan lavadoras, refrigeradores, planchas y electrodomésticos en general para que a los hijos les sigan lavando, planchando, cocinando y sirviendo. Y eso que ya andamos en el Siglo Veintiuno. Aunque también, listillos los comerciantes, ahora ya es públicamente reconocido que las mamás necesitan su laptop, su ipod, iphone, ipad y toda la modernidad de la tecnología. Por lo que a mí respecta, yo desde el siglo pasado les prohibí a mis hijos los regalitos de la Madre y, de los regalos que me hicieron en su vida, por mi cumpleaños o porque en la escuela los ponían a hacerlos, hoy guardo aún sus tarjetas con letras de todos tamaños con dibujos de flores y de corazones y también la letra de un rap que mi hijo escribió para mí cuando tenía 8 años. Esos han sido los mejores regalos de mi vida con o sin “Día de”.



2 comentarios:

  1. Jorge Luis Olalde Echeagaray (Mazatlán, Sin.)4 de mayo de 2012, 12:36

    CONSUMISMO DIA DE LA MADRE.
    MERCADOTECNIA DIA DE LA MADRE.
    DIA DE LA MADRE

    EN LA MADRE ! ! !



    PD.- Muy de acuerdo contigo y me hiciste acordar de la tía Pita. Con su joroba, su rebozo, su faja y su gran escapulario.
    Y alguien de la familia se va acordar de su METATE de cuando molía el maiz para hacer el atole. Creo que ahí mis tías fueron insensibles en dejarla trabajar como peona, pero creo que eran sus votos de pobreza. Sabrá Dios

    Un abrazo a todos los lectores

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    1. Primo tus comentarios son buenísimos, me haces reír mucho. Escribe mas de tus tías, te lo ruego y te pongo un sábado como colaboración especial. Los lectores lo agradecerán. Besos

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