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Para la gente clase media, media alta, rica baja y rica alta vender el voto ya significa un precio más caro: una chamba de buen salario, una mochada de dinero, un permiso de exclusividad para tener taxis, un puesto en el Gobierno, una plaza de “maestro”, coche, casa, guaruras… en fin. A más posición social más caros les salen al partido sus allegados, pero al final de cuentas son los mismísimos acarreados que los de la gorra y el refresco. En este país no se trata de convicciones políticas sino de “a ver qué me toca”, “a ver de a cuánto me toca” Y les toca, obviamente, les toca de todo lo que se le pueda robar al pueblo.
En estas dos semanas previas al Gran Día de la Votación los carteles de propaganda política y las reuniones y los anuncios y la publicidad de los medios ya no me dicen nada, ya verdaderamente me atarantan: Presidente de México, Presidente Municipal, Gobernador del Estado, Diputados, Senadores, del partido A, del B, del C, del H y del X, que se coló al final. Y como decía la señora de los cilindros de gas: al final nunca ha habido gobernantes que nos saquen de apuros.
Esta semana desayuné en uno de los mejores hoteles de San Cristóbal esperando pasar un buen rato con amigas, pero llegaron de a montón señoras de las de los ricos ricos del pueblo con sus camisetas rojas de PRI a desayunar (¿?) y a hacer bola para echar discursos y recabar firmas y, nunca se hubiera atrevido el capitán de meseros a pedirnos que nos cambiáramos de mesa para no estorbarles a los del Partido, porque me tuvo que oír y tuvo que enterarse, a lo mejor por primera vez en su vida, que hay ciudadanos con dignidad y que hay gente que no se agacha ante las camisetas de ningún color. De verdad ya no se atrevió a decir que nuestro desayuno iba por cuenta de la casa… o del Partido.
Me urge verdaderamente que acabe toda esta parafernalia, ya no quiero escuchar nombres de políticos de día y de noche, ya no quiero escuchar promesas de las de siempre, ya no quiero seguir viviendo tan de frente toda esta corrupción. Y todavía falta lo del día del fraude que todos tememos porque ahora ya no llevas escondido el voto y sacas el tuyo en blanco, ahora ya el IFE maneja sistemas de cómputo tan corruptos como todos los que los diseñan y los que ordenan los diseños. No hay garantía ninguna de democracia y es tanta la incertidumbre que de verdad sigo pensando si vale la pena ir a votar. Por lo pronto, continúo unida al 132 y ahora sí me siento orgullosa de ser Ex – Ibero.
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ResponderEliminarCierre de campaña de AMLO en Culiacán, Sin.
Hace seis años de no tener un voto, al día de hoy es mayoría.
desafortunadamente esas personas que llegan al poder, llegan por conveniencia propia y a los que si se interesan por mejorar su pais, quienes se preoucpan por la calidad humana, son los primeros a quienes le dan la espalda y los tachan de locos. Que infamia, pero muchos no tenemos el valor de alzar la voz y dejar de permitir tanta corrupcion.
ResponderEliminarNecesario en Mexico un cambio por una Izquierda como en Brasil
ResponderEliminarDespues de postularse varias veces gano Lula Da Silva y vean los resultados que logro en favor de todos los Brasileños y de no entregar su petroleo a extranjeros como lo estan haciendo en Mexico los del PRIAN
Tomen conciencia y voten por AMLO