Hace muchos años y cuando yo era niña me dejaron una tarea tan difícil que aún hoy la recuerdo. Se trataba de escribir una composición sobre La Patria y yo no sabía ni siquiera si la patria era nombre propio o nombre común y si se escribía con mayúsculas o con minúsculas. Para mí la Patria era una señora enojada que estaba en la portada de todos nuestros libros de texto, llevaba cargando la bandera mexicana como si la hubieran obligado, atrás de ella había unos monstruos terribles como de Jurasic Park y resulta que eran el águila y la serpiente del escudo nacional. En fin, este asunto de la Patria en los libros era tan feo que yo siempre le pedía a mi mamá que me forrara mis libros de papel manila para no verla.
Y ese día... ese espantoso día tenía yo que escribir dos cuartillas completas sobre la patria, o La Patria, ¿o LA PATRIA?
En la tarde, cuando mi padre llegó del trabajo me encontró en la mesa de la cocina llorando arriba de mi cuaderno. Cuando me preguntó qué me pasaba y yo le expliqué el problema me dijo una frase tan sabia que he guardado para mí toda mi vida: "No se puede escribir de lo que no esté en tu corazón". Obviamente la Señora Patria no estaba en mi corazón pero pude entender que ella era solamente un símbolo y mi padre entendió que para mí era un horrible símbolo. También entendí de la explicación de mi padre, quien me dijo que La Patria era mi vida en mi país: eran mis hermanas y mis primos, mis perras, mis juguetes, Chapultepec, los paseos al campo y todo lo que yo amaba y estaba verdaderamente en mi corazón. Entonces pude escribir sin parar y aunque a mi maestra no le gustó mucho a mí me dejó feliz mi trabajo (ella esperaba un discurso político, supongo, porque dijo que mi escrito era demasiado sencillo, como yo).
Hoy regreso a esas memorias porque generalmente en este blog escribo de Mi Patria y me doy cuenta de que en mi corazón hay muchas amarguras al respecto, hay corrupción, engaños, abusos, explotación humana, pobreza extrema, injusticia.... y más.
Sin embargo quiero retomar a mi padre a mi lado como ese día y encuentro de nuevo en mi corazón a mis hermanos y a mis hijos, a mi esposo, a mis nietos, a todos mis amigos, a todos mis primos, a las bellezas naturales que me rodean, a los vestigios arqueológicos que me encantan, al patrimonio cultural que, pese a todo, en México existe. Hoy retomo la sabiduría que ese día me quiso heredar mi padre para ver el otro lado de las cosas, el otro lado de la vida y el otro lado de La Patria.
Eso es Guada, no hay que perder la fe, hay tanta gente que importa alrededor de uno que eso hay que valorar, el cariño, la armonía, la comprensión, y tanta otra cosas. Démosle peso a lo bello y pues sin cerrar los ojos a la triste realidad de México, sin dejar de denunciar, o de mostrar nuestro descontento, vivir de lo bueno que nos pasa. Un abrazo
ResponderEliminarMi tío Aurelio, que gran verdad te dijo, como puedes hablar, describir, querer, algo que no está en tu corazón.
ResponderEliminarEstos políticos de ahora no tiene a la Patria en su corazón y por eso la rentan, convenian y/o la venden.
He pasado copia de tu blog a unos amigos, entre ellos, el presidente de MORENA a nivel estado.
saludos.