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SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, CHIAPAS, Mexico
MIS LIBROS: Olivos y Acebuches (cuento), Con un padre me basta (novela), Hablarán nuevas lenguas (poesía),Mar de cristal transparente (novela), Muy Intimos Quadernos (novela), Siete casos en busca de un psicólogo

sábado, 16 de enero de 2016

Oigo estrellas

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Esta Navidad le regalé a mi esposo un reproductor de discos que resultó ser un maravilloso regalo para mí. El reproductor, vintage, reproduce toda la nueva tecnología, CD, admite bluetooth, música en USB pero, sobre todo, los viejos acetatos LP vuelven a sonar en mi casa.
Hace tiempo me deshice de los discos "viejos" que mi madre me dio cuando murió mi papá y ella se cambiaba de casa; los guardé muchos años pero ya era inútil porque nunca encontré cómo volver a escucharlos. El día que me deshice de ellos mi esposo escondió algunos y los guardó para un futuro cierto o incierto, de hecho los guardó porque sabía que eran importantes para mí. 
Cuando probamos el nuevo aparato él vino con mis discos en las manos y, al ver la portada de éste en especial me volví a ver de quince años. Mi música de entonces eran César Costa, Angélica María, Enrique Guzmán, Alberto Vázquez y demás, casualmente mi tía Margarita era amiga de la madre de César Costa porque mi tía era cellista y esa señora violinista, ambas tocaban en una orquesta de cámara. Un día me invitó a una presentación de la orquesta y a una recepción en casa de... César Costa!!! y me prometió que yo lo conocería. 

Lo que me iba a poner, cómo me iba a peinar, ¿qué le diría yo al conocerlo?. Al fin sucedió; después del concierto fuimos a su casa y la amable madre violinista lo llamó para que yo lo conociera, él amable y sonriente traía este LP para reglármelo, lo autografió y adentro había una foto de él también autografiada: "Con cariño para Lupita". Yo estaba muda, estupefacta, pero no de emoción sino de desilusión, yo era pequeña y él era de mi estatura ayudado de unas horribles botas de tacón alto, tenía acné, era feo y, obviamente, tan engreído. Las farsas del photoshop aún eran desconocidas para mí; sin embargo me llevé el disco porque la música me gustaba, más bien, las letras de las canciones porque ya desde entonces yo era, orgullosamente, Mujer de Letras.
En la Navidad pasada cuando volví a escuchar el LP empecé a cantar todas las canciones sin que me faltara ni una sola palabra, habían quedado grabadas para siempre en mi cerebro junto a las emociones de ese entonces que se trataban de: el amor ideal, las promesas de amor eterno, siempre te amaré, el amor de mi vida y etc. etc. Yo tenía 15 años y creía en eso, además leía muchas novelas y debo haberme lanzado a la vida adulta con resabios de tanta fantasía porque el aprendizaje de la vida real fue verdaderamente difícil para mí.
Hoy tengo el LP para rememorar y rescatar a aquella niña que no sabía ni del photoshop ni de la vida real, la comprendo y la amo y puedo decirle, mientras canto con César Costa, que la vida es bella aunque las letras de las canciones sean mentiras.

2 comentarios:

  1. Muy bien. Me agradó muchísimo y, además, también me hizo recordar tiempos de juventud. Gracias.

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