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SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, CHIAPAS, Mexico
MIS LIBROS: Olivos y Acebuches (cuento), Con un padre me basta (novela), Hablarán nuevas lenguas (poesía),Mar de cristal transparente (novela), Muy Intimos Quadernos (novela), Siete casos en busca de un psicólogo

miércoles, 18 de diciembre de 2013

¿Falta alguien en Navidad?

Las sillas vacías de la Navidad

En el primer mes de diciembre en que ya no estaba mi papá el vacío se hizo más grande en las celebraciones, sobre todo, en Navidad. Aquella cena que él y mi madre organizaban para todos los familiares nos reunía a cuarenta o más personas en la enorme área de sala y comedor que mi padre hizo en su casa para eso: para reunir a la familia, para hacer fiestas porque así eran ellos, gente de fiestas y celebraciones. Allí entonces no faltaba ni un tío ni un primo, ni tampoco algún amigo de cualquiera de nosotros que no tuviera donde cenar esa noche.

Teníamos organizado un programa: el que decía palabras, el teatrito que hacían los niños, los regalos de broma, los regalos de no broma y antes de la cena la oración en la que alguien de cada familia daba gracias a Dios por lo que había pasado en el año. Con la partida de mi padre esa fiesta terminó.
Cada vez las reuniones en diferentes casas eran más pequeñas, faltaba alguien más por muerte o separación voluntaria y sé que mis hermanos, mis primos, mis sobrinos y los que estuvimos en esas Navidades recordamos con melancolía "aquellos tiempos".

Sin embargo, de aquellos tiempos a éstos hay nuevos personajes en cada pequeño grupo: hay niños pequeños, hubo bodas y nuevos primos, amigos reencontrados con el tiempo (y en el facebook, claro)
y las sillas vacías vuelven a estar ocupadas. Todos y cada uno hemos vuelto a retomar la esencia de aquella celebración: reunirse, estar felices, reír a carcajadas, abrazarnos y dar gracias a Dios. Ahora mis primos viven lejos y también mis hijos, el destino de cada quien nos ha dispersado en la Patria y fuera de ella y ahora amamos el internet y todas sus posibilidades para vernos en fotos y en conferencias de skype. Nunca volveremos a reunirnos todos aquellos del tiempo de las "Navidades de mi Papá", pero nunca perderemos estas ganas de vernos para comer y beber juntos y con todo el corazón desearnos lo mejor, abrazarnos en persona y por face y por skype.

Como yo estoy cierta de nuestra esencia espiritual puedo percibir en nuestros ahora pequeños grupos navideños el calor de la compañía de los que viven en otras estancias, de nuestros padres, de nuestros abuelos, de nuestros tíos y de nuestros amigos que fueron contemporáneos pero emprendieron antes el camino del cielo que sigue. Y hoy, por esta magia del internet quiero abrazarlos a todos y reír con ustedes y comer y beber juntos desde cualquier lugar en donde estemos, porque eso que se llama el espíritu navideño no puede ser más que esto: la alegría de reunirnos para estar felices.






viernes, 13 de diciembre de 2013

Comer con culpas

Confieso haber comido con culpas muchas veces en mi vida: choco-
lates, pasteles, helados y todo lo que contribuye a la obesidad. Y las culpas eran graves porque yo sabía que atentaba contra mí misma.

Sin embargo y desde hace 26 años he conocido otro concepto del
"comer con culpas" como habitante de San Cristóbal de Las Casas,
Chiapas. Mi primera experiencia fue en casa, al ver todo lo que yo
tenía después de sentir en cualquier calle el despiadado golpe de la
convivencia con la verdadera pobreza extrema. Situaciones dolorosas e irremediables, escenas tristes y mi sentido de impotencia al máximo posible.

La siguiente experiencia: comer fuera de casa. En algunos sitios los vendedores ambulantes, que son indígenas, entran al restaurante a ofrecer su mercancía; muchos de ellos son niños. Animalitos de barro, animalitos de lana, rebozos, pulseras, blusas, chales, cinturones... y demás. Comer en un lugar de los que permiten vendedores ambulantes es la definición más exacta de lo de "comer con culpas".
Muchas veces he dejado de comer, les he dado mi pan, mi helado, mi refresco porque invariablemente dicen "tengo hambre", "no he comido", o "dame de tu pan". Muchas veces los ignoro, les digo que no y que no y que no porque insistentes son y yo tengo hambre y no quiero culpas sino mi baguette.

 Yo soy muy sensible ante la pobreza extrema que veo todos los días, tan sensible que ya quisiera no verla más porque lo que yo hago por ellos no es ni grano de arena, el problema es inmenso. Hace unos días hubo un escándalo en los medios porque una estudiante indígena guatemalteca se quejó de discriminación en una cafetería: no la dejaban entrar porque con su atuendo indígena pensaron que era vendedora. Salió en todos los periódicos del país, se supo también en el extranjero y a los dueños de la cafetería los atacaron como si fueran nazis todos los compatriotas que no saben lo que significa "comer con culpas". Y entonces la pregunta ¿los dejo entar a mi restaurante o no?, finalmente es propiedad privada y los clientes se sienten incómodos con tanta pedidera, pero la opinión pública de los que viven fuera de este lugar de la Patria es mordaz y severa, como si conocieran de verdad el problema. Hay un restaurante zapatista en este lugar: Tierra Adentro, en él hay pequeños comercios de artesanía indígena y mucha publicidad a favor de los indígenas y sus derechos; sin embargo, los niños y las mujeres que venden en las calles tienen prohibida la entrada al lugar.

Le cuento a mi nieta Nati esta y otras historias y me dice que es horrible, que el Gobierno debe ver por ellos y darles de comer. Y tiene razón. Y también tiene solamente 8 años. ¿Cómo explicarle este país?

sábado, 7 de diciembre de 2013

Un artista olvidado

foto: http://comandochiapas.blogspot.mx
Se acerca Navidad, tiempo de los recuerdos, de las melancolías y también de los encuentros y en estas vísperas he tenido la dicha de encontrarme de nuevo con Don Rodolfo Disner, artista chiapaneco, creador de fantasías, genio del color y la textura pero, sobre todo, el Maestro Disner es un maravilloso ser humano.

Vive en Tonalá en su sencillo hogar cuya entrada resplandece con cuadros de todos tamaños y de todos temas, abunda los Cristos crucificados y le pregunto si los cuadros que permanecen en su casa son los que él más quiere, sólo sonríe. También hay ángeles y sirenas, le gustan las sirenas me dice, a mí también porque si para él existen y para mí también, es que son reales. No recuerda, sin embargo, que hace algunos años cuando lo visité en su taller me regaló un cuadro de una sirena, una sirena de dos mosaicos emergiendo de aguas que sólo Disner ha podido conocer. Yo sí lo recuerdo porque mi sirena está en un sitio privilegiado de mi casa y todos los días disfruto de ella.

Artífice del fuego le han llamado al Maestro porque su técnica tiene que ver con los diseños y luego los colores y luego los hornos, sus obras son templadas al fuego como nosotros mismos en la vida. Pero por esas minucias de su técnica cuántos lo han confundido con artesano que difiere enormemente de Artista porque el artista es un creador de realidades, el artista nos muestra lo que nuestros ojos no han podido ver pero los suyos sí, el artista transporta con su obra a dimensiones desconocidas. Alguna autoridad quiso que en su taller de Tonalá hiciera vajillas con diseños originales y él las hizo hasta que recordó la verdadera misión de su vida y decidió no hacer ya platos sino sirenas, entonces la autoridad le quitó el taller, el salario y a sus ayudantes. Y entonces Disner se avocó de nuevo a la verdadera pasión de su vida: hacer arte.

Me despido de él con tristeza, no sé cuándo volveré a verlo, pero antes le digo cuánto lo admiro, cuánto valoro el compromiso que él ha tenido con su creación y no con los nombramientos, o los premios que dan los poderosos, o la publicidad de la mercadotecnia, o los trabajos por encargo. El Maestro Disner es un símbolo de libertad, es un vivo ejemplo de compromiso con la vocación que Dios le regaló. Y aunque está ahora enfermo y melancólico, yo le pido que vuelva a su creación, que regrese a sus mares y sirenas y animales fantásticos y ángeles, que por favor no nos deje sin su mundo.

Muchas gracias Maestro Disner.

domingo, 30 de junio de 2013

¿Qué nos pasó?


Cuando los conquistadores españoles llegaron a las orillas de la Gran Tenochtitlan, nos cuenta Bernal Díaz del Castillo en su Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España que él y los demás soldados se quedaron azorados por la belleza de la ciudad, tan grande, hermosa y limpia y bien trazada era, tan armónica que no sabían si lo que veían era un encantamiento o un sueño y de sus ojos salían lágrimas ante aquella realidad.

Y es que, en ese entonces, Tenochtitlan tenía una superficie de 1000 hectáreas (casi como Roma en esa época) y una población de 250 mil habitantes, cuando sólo 4 ciudades europeas tenían 100 mil habitantes, también dice Bernal que sus calles eran tan limpias y bruñidas que no se lastimaría ningún pie descalzo. Tenían los mexicas un sistema bien estructurado de servicio de limpieza para la ciudad, o sea que los canales no se les desbordaban por basura acumulada y tan limpios y fluidos eran que hasta 200 mil canoas circulaban sin problema. Yo supongo que no excedían el número de canoas, habría reglas que todos respetaban porque allí no había empresas de transporte compitiendo por vender y vender sin importarles si los transportes podrán o no circular, si tendrán espacio real para moverse.

La planeación arquitectónica de Tenochtitlan era una verdadera maravilla: grandes calzadas de uno a otro extremo de la ciudad y caminos y canales de agua para comunicarse en medio de ella. Había lugares específicos para los cultivos y para las viviendas y también para los grandes templos y, sin olvidarnos que estaba todo sobre una laguna, pues fueron genios que lograron que no se les hundiera nada ni nadie, no había temporada de lluvias que arrasara con casas y con personas, que acabara con todos los cultivos, digamos que no se usaban allí los damnificados por tormenta.

sábado, 22 de junio de 2013

Wonderful Iglepás


Piedras Negras, Coahuila, MEXICO



Mi mamá era medio gringa o mexican a medias porque vivió su infancia y adolescencia en Piedras Negras, Coahuila y estudió “al otro lado”, en Eagle Pass, Texas. Así, durante mi infancia el Iglepás era para mí y mis hermanas el contacto con el País de las Maravillas porque cuando mi abuelita venía de visita nos traía cosas raras y maravillosas de los Estados Unidos: paletas con palito de papel (la gran novedad), chocolates y dulces de los que sólo allá había y Jeans!!! , cuando en México ni se usaban ni se conseguían con facilidad; también de Iglepás llegó mi muñeca Patricia, una muñeca del tamaño natural de una niña de tres años y Patricia era un verdadero lujo para una niña mexicana que era yo.

Algunas veces estuve en Iglepás y, desde luego, en Piedras Negras también donde vivían aún algunos parientes de mi mamá cuando ella ya tenía muchos años de ser chilanga; y es por eso que hoy en día me afectan tanto las desgracias en Piedras Negras como la que acaba de ocurrir con una simple temporada de lluvias. Me afecta porque “al otro lado” no pasó nada, las calles que se mojaron con las lluvias de la tarde se secaron al sol de la mañana.

El puente sobre el Río Bravo sí resultó ser el paso a otra realidad, a la del Sueño Americano, a la del País de las Maravillas o, para ser más exactos, a un país desarrollado, el puente es un paso doble: del tercer al primer mundo donde el drenaje de las calles funciona, donde no hay basura en las calles que obstaculice el curso natural de las lluvias, donde las calles no son colecciones de baches y de profundos pozos, donde las casas no son de costera con techos de lámina, ni están construidas en zonas de riesgo, donde hay condiciones para una vida digna.

viernes, 14 de junio de 2013

JUSTAMENTE TELEVISA


Cómo nos quejamos todos del sistema de Injusticia de nuestra Nación y nos quejamos porque lo padecemos y nos sabemos expuestos al atraco de cualquier funcionario, de cualquier policía y hasta de cualquier agente de tránsito. Nos sabemos sin apoyo de ese del que se paga con nuestros impuestos porque de la policía es mejor correr, a los gobernantes es mejor no creerles ni el Credo para no estar pasando desilusiones y de todos los políticos, funcionarios y cualquiera que tenga un poco de poder hay que cuidarse de la estafa, del robo, del abuso, porque lo único que hay al otro lado de nuestras quejas es la impunidad.

Así entonces, mientras más pobre es la gente tiene menos capacidad de quejarse ante las instancias pertinentes (aunque no sirva de mucho) y ahí los vemos viviendo en la miseria, recibiendo malos tratos de cualquier funcionario, medicinas placebo en los hospitales públicos, formándose para tener un apoyo mensual de 200 pesos que para el campo, que para los ancianos, que para lo que sea que suene a Papá Gobierno. Mi padre hacía cola en fríos inviernos a las 7 de la mañana para recibir su pensión mensual del Seguro Social: 4 mil pesotes que se había ganado después de haber trabajado por 30 años en una empresa privada y era de los privilegiados porque no andaba en silla de ruedas ni con muletas porque allí toditos de pie en el frío, después de dos horas les decían que volvieran al día siguiente porque la empleada no estaba, y ni con quién presentar una queja.

Injusticia. Barbarie. Impunidad.

viernes, 10 de mayo de 2013

DIEZ DE MAYO



Una mujer morena
resuelta en luna
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna

Miguel Hernández







Cuando mis hijas eran unas niñas pequeñas Julieta leía todo el tiempo que podía y dibujaba, amaba sus lápices de colores, sus tijeras y el pegamento, Sofía sentaba todas las tardes a sus muñecos y peluches en un “salón de clases” y les enseñaba de todas las materias, les hacía cuadernitos para que hicieran sus tareas (que ella hacía en todos y cada uno de los cuadernitos) y premiaba o reprobaba a uno y a otro.

En aquel tiempo, cuando yo imaginaba su vida futura, las veía maestras, profesionistas exitosas, amantes de los libros, metidas en escuelas y universidades. Y acerté, así es el día de hoy; sin embargo, nunca las pensé como las maravillosas madres que son: derramadas hilo a hilo sobre la cuna y por eso cada día que las he visto como mamás he vivido el más dulce de los asombros.

Mis pequeñas niñas ahora ocupadas en crear aquellos hábitos que les molestaban: lo de la alimentación sana, la higiene, los modales, pedir permiso, pedir perdón, agradecer. Mis niñas enseñando a abrazar, a besar y a amar.

domingo, 5 de mayo de 2013

El legado de Cuquita




A mí mi bisabuela me enseñó lo del placer de leer; cuando yo tenía siete años ella era una viejita de más de ochenta que se encerraba en el vestidor de su cuarto y se sentaba en una silla chaparrita como ella: a leer. Cuquita leía novelas de amor y siempre me dijo que los libros eran mucho mejores que las joyas y por eso ella tenía muchos. También me enseñó algo que, a la fecha, no me he atrevido a hacer y era leer el principio de la novela y enseguida el final, entonces, me decía, puedes leer con tranquilidad todo lo que pasó sin angustiarte por lo que pasará después. Cuquita era la abuelita perdida, no escuchaba nada de lo que pasaba a su alrededor, se olvidaba de que tenía hambre o sed, no contestaba cuando gritaban su nombre porque en aquel vestidor con su ventana redonda y su sillita estaba la magia y ella era una adicta como yo.

viernes, 26 de abril de 2013

A jugar a los gritos!!!!



En la escuela primaria me gustaba mucho jugar a los gritos y el juego se trataba de que hacíamos una rueda de cinco o seis niñas y a la de tres gritábamos hasta que nos dolía la garganta, luego acabábamos riendo a carcajadas excepto cuando alguna monjita llegaba a reprendernos y a decirnos que íbamos a acabar locas.

En ese entonces yo no me imaginaba lo sanador que era nuestro juego que se parece a cuando los aficionados en el estadio gritan Gooooool!, o le gritan improperios al árbitro o a un jugador hasta que les duele la garganta también y también se sienten aliviados de ansiedad y cargas que traían.

Esto viene a cuento porque una señora que vive violencia conyugal me contaba de los terribles golpes que le daba el marido (de vez en cuando, decía). De esos golpes ni siquiera tenía que haberme contado porque eran terriblemente visibles en su rostro y brazos, de hecho había estado hospitalizada tres veces por las heridas que él le causaba. Obviamente, ella se culpaba como todas las mujeres maltratadas: porque yo lo provoco, porque yo le reclamo, porque yo no le tengo paciencia, porque no hice bien la comida, la limpieza… y demás. Su discurso también era el de las mujeres maltratadas que juran que lo aman, que es el amor de su vida y que él también la ama a ella y, sobre todo, que él va a cambiar.

sábado, 13 de abril de 2013

Que, ¿por qué me divorcié?



Fue después de las águilas. Fue por culpa de las águilas que aparecieron una tarde en que nadie las esperaba; aunque las águilas, realmente, sólo hicieron lo que saben hacer: desplegar al viento las alas y abandonarse con el cuerpo entero a la total libertad: Al Aire.

Estábamos en el campo, en un llano solitario: mi mejor amiga, mi hija y yo. Era Castilla de tarde y no tan tarde como para que la noche amenazara con aparecer, fue entonces cuando vi a la primera águila parada en la rama de un árbol. El árbol era tan cercano a mí que necesité respirar despacio para que ella no me percibiera.

Era el campo en España, era un llano hundido en forma de pequeño valle que debe haberse convertido en espejo porque cuando el águila subió hasta la altura y empezó a volar con aquella parsimonia, clarito se veía cómo se miraba en el espejo del valle.

Pensé primero que volaba en círculos, pero los círculos se hicieron espiral y luego líneas verticales y horizontales, y luego círculos otra vez. El águila se había abandonado al capricho del viento y, sin oponer ninguna resistencia, clavaba o levantaba el pico, ladeaba las alas, dejaba que sus plumas absorbieran cualquier ráfaga de aire.

viernes, 5 de abril de 2013

La oración del chamula


correlavozcomitan.com

Hace ya algunos años yo trabajaba como jefe de bibliotecas en una institución científica aquí en San Cristóbal: el CIES (actual ECOSUR). El velador y portero era un indígena chamula que, en su comunidad, era pastor de su iglesia evangélica; solía estar leyendo su Biblia en tzotzil. Era amigable y solidario con quienes lo eran con él.

Un día tuve yo un altercado con el director del Centro, quien era abusador al ejercer el poder como son, desgraciadamente, todos los que adquieren un cargo por pequeño, mediano o grande que sea. No quería darme mi base cuando ya era el momento en que yo, por derecho, la merecía; mi trabajo era bueno y la única razón era su capricho. Así entonces, en su oficina y durante la entrevista me mantuve contenidamente serena y después, ya en mi oficina, estuve llorando hasta que todos los trabajadores se habían ido y yo pude salir a buscar mi coche con los ojos hinchados.

Ese día me di cuenta de cuánto me apreciaba el portero chamula porque me preguntó ¿te peleaste con alguien en la biblioteca? No, le dije. Ah, entonces ¿te regañó el Director? Sí, le dije. No te preocupes doctorcita, yo le voy a pedir a Dios que se lo chingue. Sí, pensé, hazlo por favor.

Desde entonces guardé para siempre en mi alma la profunda sinceridad de “la oración del chamula”

sábado, 30 de marzo de 2013

Y se jugaron sus vestiduras



Este es el relato de una triste historia que hoy una mujer me contó y que les relato tal y como la escuché…

Hace tiempo me di cuenta de que a mi mamá no podía yo regalarle ya nada porque ya nada le interesaba. Los collares y los aretes ya no significaban nada para ella, ni los perfumes de antes, ni las pulseras, ni los relojes brillantes. Tampoco los abrigos, ni los sombreros, ni los vestidos nuevos, ni siquiera, ya ni siquiera los cepillos del pelo y el maquillaje. Un día ya no quería nada, ya todo le daba igual porque andaba en el mundo alterno de un profundo sufrimiento y escuchaba y veía cosas que la asustaban. Parecía, toda ella un canario a punto de morir; sufría maltrato. Entonces, su hija a la que ella más amaba, la metió a un asilo y no volvió a buscarla. Esa hija no era yo, ni mi hermana menor, ni tampoco mi hermano, su único hijo. Nosotros la buscamos durante meses porque la llevada al asilo era como en calidad de secuestrada; así su hija, a la que ella más amaba, se quedó con la casa y con todos sus bienes.

El hogar de ancianos significó el despojo y con ese golpe ella retomó la cordura para darse cuenta de que la habían sacado de su casa, de que nadie la quería como antes, como cuando andaba buscando el camino del suicidio, y en su alma se volvió a abrir una hondísima herida. De allí en adelante, el profundo dolor que le causaba la herida lo aventaba de noche aullando y rompiendo las sábanas de su cama, pateando contra barandales helados en la madrugada, berreando sin poder articular palabras que conjuraran tanta ansiedad. De noche parecía una fiera a la que tenían que inyectar para calmarla y de día una estatua aferrada a la vida por una razón que por fin un día gritó desde su más profunda entraña y que se llamaba: “quiero volver a mi casa”. Pero casa ya no había porque la ambición del dinero nos dividió como hermanos y las propiedades de mi madre ya habían legalmente pasado a ser de su hija, a la que ella más amaba, y entonces fuimos menos hijos y más dolor.

lunes, 25 de marzo de 2013

LOS MISERABLES



Ayer vi una magnífica película musical basada en la obra de Víctor Hugo: Los Miserables, cuya historia sucede en la Francia de principios del siglo XIX y después de la Revolución Francesa. Lo primero que aparecen en la película son la pobreza extrema, la esclavitud, el hambre, la prostitución, las enfermedades y la muerte por falta de atención, y después aparece lo mismo y después también y así empieza y así acaba y yo me preguntaba (¡inocente de mí!) bueno y a estos franceses ¿de qué les sirvió su Revolución?, tan drástica, tan históricamente recordada y alabada por los siglos de los siglos. Pues le sirvió para lo mismo que a nosotros nuestra Revolución Mexicana: para que las cosas cambiaran un poco por el momento, para que algunos pobres se volvieran ricos y cuando fueran ricos aplastaran a los pobres y en fin, la cosa es igual en cualquier parte del mundo. Aquí nos sirvió, eso sí, para crear lo de los “héroes nacionales”, que Zapata, que Villa, que Carranza, dignos sucesores del padre Hidalgo y de Allende y de todos los demás. ¿La realidad? Pueblos que continúan igual o peor; sin embargo hoy Francia pertenece al Primer Mundo y a la Unión Europea, las personas tienen todas las oportunidades para vivir dignamente, así es que a nosotros pues nos ha ido peor.

El meollo de la película es “la traición”, hermana de “el miedo”, y es que hay un enorme número de gente descontenta que lucha por la libertad de su patria, por igualdad de derechos, por abolición de esclavitud y por leyes justas como en todos los pueblos, y también como en todos los pueblos a la hora del gran enfrentamiento, a la hora del valor, en vez de una multitud ya nomás hay un puñado de valientes, ¿y los demás? Traición y miedo: yo veo por mí y lo de la patria pues ahi que lo vean los que se quieran arriesgar. El puñado de hombres con sus banderas enfrentándose a todo un ejército represor y buscando con la mirada a los demás, a los que estaban en las calles y en los mítines, a los que apoyaban ardientemente la causa, a los descontentos, a los oprimidos, a los que sufren injusticia… y nada. Ya no hay nadie más.

lunes, 18 de marzo de 2013

Zopilotes a volar


fotonatura.org
La Sra. X es una anciana de 80 años que vive con su hermana, de 78 años, y que es madre de mi amigo el Sr. X. Hace unos meses la Sra. X decidió que vendería la enorme casa en la que vive en Puebla y con ese dinero se irían ella y su hermana a pasar sus últimos días a una residencia de tercera edad en Cuernavaca. Cuando mi amigo X lo supo viajó de inmediato a Puebla para convencer (¿presionar?) a su madre de que no vendiera su propiedad porque esa casa, dijo el Sr. X, “es el patrimonio de mis hijos”.

No es ésta la primera vez que yo me asombro tanto de los señores y señoras X de mi generación que sienten como un derecho heredar de sus padres y también como una obligación heredarles a los hijos. A mí nunca se me ocurrió tal cosa porque mi padre siempre nos dijo y repitió que nuestra herencia eran los estudios que él nos daba: universidad, especialidad, otros idiomas, habilidades técnicas y todo lo que se pudiera que nos capacitara para saber trabajar y ganar nuestro propio dinero. Me pareció esto tan lógico que nunca lo cuestioné ni esperé que me dejara ni 10 centavos porque él consiguió todo lo material que tuvo con mucho trabajo y mucho esfuerzo y a mí me dio todos los estudios que quise hacer y los idiomas que quise aprender. También me enseñó a trabajar, a ganarme mi propio dinero y a tener confianza en mis capacidades.

Sin embargo, casi todos los días escucho a un padre o a una madre tratando de decidir qué le dejarán a este hijo y qué al otro: si la casa, si media casa, si el terrenito… en fin. No tienen la capacidad de darse cuenta que lo que les están dejando es una discapacidad para trabajar, para sentirse dueños de su vida y de sus habilidades y que sólo están generando hijos inútiles y abusivos. También he visto más que frecuentemente que una propiedad heredada a varios hijos no es más que motivo de pleitos que llegan a ser asuntos legales de violencia y de cárcel. Pienso que a los hijos de los muertos no se les ocurre que un día ellos van a ser los muertos y que van a heredar a sus hijos los mismos problemas que ellos tienen con sus hermanos para dividirse una casita entre seis hermanos, o un terreno entre tres, o lo que sea.

lunes, 11 de marzo de 2013

EL DESASTRE DEL DÍA DE LA MUJER






nuevomundo.revues.org
Esta semana estuve en la Universidad Intercultural de Chiapas (UNICH), sede Las Margaritas para participar en un evento por el Día de la Mujer. Tuve oportunidad así de escuchar algunas de las participaciones de los ponente y de las ponentes, sobre todo, de dos chicas tojolabales de 20 o 22 años de edad que hablaban en su lengua sobre equidad e igualdad de géneros y, lo primero que llamó mi atención, es que ninguna de esas dos palabras existen en la lengua tojolabal porque, obviamente, tampoco se sabe qué son ni la igualdad ni la equidad. Ellas, muy convencidas y seguras, hablaron del papel de la mujer en los quehaceres domésticos, de crianza de niños, del cuidado de borregos y de animales domésticos y también hablaron del papel del hombre que es fuerte y se dedica a trabajar en el campo. No hay opción de traslape de roles o de ningún ajuste como por ejemplo que la mujer tenga algunos estudios y quiera trabajar fuera del hogar. Su frase final fue: así todos son felices porque ya sabe cada quién lo que le toca hacer en la vida, alguien pregunta ¿son felices las mujeres de sus comunidades de esa manera? Sí, son felices, ellas así son felices y punto. Yo pregunto, si ustedes al salir de la universidad tienen una oferta de un trabajo en el sector turístico o de la comunicación, ¿les gustaría? Sí, claro. ¿Y si estuvieran casadas tomarían el trabajo? No, las mujeres casadas deben dedicarse al hogar solamente y ser felices así.

Un profesor tojolabal indignado reclama que las “culturas occidentales” nos quieren dominar y acabar con nosotros (como si esto fuera pleito).No hay Dios que lo convenza de lo contrario.

Se arma la discusión, algunos defienden los derechos de la mujer a ser lo que quieran ser en la vida, algunos jóvenes hombres lo hacen y me da gusto verlos, muchas otras mujeres estudiantes consideran que el profesor tojolabal indignado es quien tiene la razón; me causa mucha tristeza ver y escuchar.

viernes, 1 de marzo de 2013

Circo de tres pistas



Cuando yo era niña, y en el Circo Atayde, mi padre me enseñó a observar el circo de tres pistas para  que yo no me despistara y me perdiera de algo, quizás, me decía, de lo más importante.


En la pista del centro, que es la más grande, siempre estará lo más espectacular, lo que roba la atención de los espectadores, como un tigre a punto de quemarse mientras salta sobre el fuego, o la danza de los elefantes o el domador con su león. Todos los asistentes estarán presos por esa pista impresionante y no querrán perderse ni el más mínimo detalle de lo que allí sucede.

Mientras tanto, y en las otras dos pistas suceden también cosas espectaculares, pero sólo unos cuantos atienden a ellas porque, de alguna manera, sienten que en esa pista lateral y más pequeña se desarrolla un acto trascendente. No fijes tu atención, decía mi padre, en la pista del centro por más de unos momentos, busca y encuentra qué es lo que hay en las otras dos pistas porque todo está sucediendo al mismo tiempo y es posible que por ver el fuego espectacular no te enteres nunca de lo que también pasó, y que puede haber sido de tu absoluto interés.

lunes, 25 de febrero de 2013

Mi abuelo y las arañas



Añadir leyenda


Estoy releyendo una enorme novela del siglo pasado: Los bandidos de Río Frío, del escritor mexicano Manuel Payno, y fue porque mi abuelo decía que nadie puede morir sin haberla leído. Mi abuelo no era lector, por supuesto, y me sorprendió muchísimo el día que me dijo eso, debe ser, pensé, una grandiosísima obra para que este viejito que no lee ni el periódico la esté recomendando. En ese entonces yo no sabía lo de las “proyecciones” al leer y al escribir y es que si me identifico con algún personaje, pueblo, escenario, ideas, tramas, pues prácticamente quedo enganchado porque he hecho de ese libro algo mío. Eso fue lo que le pasó a mi abuelo con Los bandidos.

Al comenzar la lectura pensé que el estilo pesado y muuuuuy descriptivo de nuestra literatura mexicana de esos tiempos me serviría de somnífero, pero no fue así porque yo también me enganché con la historia de nuestro México de hace tantos y tantos años que era el país de mi abuelo del que se sentía parte y hasta debe haber sentido que la obra se la habían escrito para él.

domingo, 17 de febrero de 2013

Quienes no conocen su historia corren el riesgo de repetirla




www.testigouno.com

Es con estas palabritas que empiezan los episodios de la serie de TV sobre el Pablo Escobar. Y nuestra historia es la de Latinoamérica: mismo corazón, misma sangre en las venas. No podemos negarlo.


Me engancho con compulsión a la serie de TV porque de pronto me doy cuenta que aquello que era Colombia de los 80´s es nuestro mismísimo pueblo mexicano de hoy donde los curas bendicen las pistolas y los sicarios se encomiendan al Santo Niño de Atocha o a la Virgen de Guadalupe… da igual, el asunto es que son tan católicos como nosotros. Veo en la pantalla todas las noches a los cientos de muertos del Cártel de Medellín y entiendo que esa es la serie de televisión, pero que aquí es la pura realidad.

Como mujer no puedo dejar de poner mi atención en las mujeres de los narcos.

Me intrigan, arrebatan, sorprenden, desesperan: Primero se casan con un pillo y por estar enamoradas y emcampanadas puede ser que no se den cuenta de que es un pillo; pero el tiempo pasa y empiezan a ser ricas, muy ricas, los regalos ya no son joyitas sino casas, coches, fincas y helicópteros. Se dicen a sí mismas que sus maridos son unos exitosos empresarios, ¿de qué?, pues de unas empresas muy grandes y muy importantes.

viernes, 8 de febrero de 2013

Como el Santaclós de Aurrerá





Hace años y en Aurrerá Echegaray, Edo. de México, allá donde yo vivía, estaba en tiempos de Navidad un gran Santaclós sentado en la sección de juguetes escuchando atentamente las peticiones de los niños y… prometiendo también. Me tocó ver entonces a un pequeñito pobre con zapatitos gastados y suéter raído, con mamá pobre también que compraba tortillas y frijoles para su despensa. A ella llegó corriendo el niño más que entusiasmado y le dijo: ¡Mamá, mamá, dice el Santaclós que este año sí me va a traer mi autopista! Y la mamá, sin más miramientos le dijo: ¡Ira, dile al Santaclós que no sea lengua!

Y desde ese día, el Santaclós deslenguado se convirtió en un símbolo en mi vida y en la de mis hermanos porque, desgraciadamente, en nuestro país han abundado y abundan aún los deslenguados (y ojalá fuera nomás en las campañas políticas porque de esas ya estamos más que conscientes).

viernes, 18 de enero de 2013

A CUALQUIER NIVEL... y desde cuando...


Mor  di  da

Cuando mi tía Monja era maestra de kínder y primaria, allá en San Luis Potosí en su Colegio Vallarta (y de eso hace ya muchísimos años) nos contaba mucho una anécdota que le parecía sumamente graciosa y que era que un día a los niños de kínder les preguntó las profesiones de sus papás y pues le dijeron que abogado, que tenía una tienda, que era dueño de la panadería, o que era maestro; un chiquitín, quitado de la pena y en su más pura inocencia le dijo: madrecita, mi papá es “mordelón”, o sea, agente de tránsito que pide mordidas de las cuales el niño posiblemente no estaba ni enterado ni se imaginaba lo grandioso de su respuesta.

¿Por qué nos hacía gracia a todos empezando por la Monja? , todavía ahora me lo pregunto y es que es inconcebible que, dentro de nuestra cultura mexicana, lo de la mordida sea algo tan común y corriente que hasta causa gracia, la mordida o embarrada de mano o cooperación para su causa o donativo para su dispensario o como se llame es la puerta de entrada a la solución de muchos problemas y es también una magnífica generadora de dinero.

Cuando yo terminé de estudiar Psicología en la Universidad Mesoamericana de esta ciudad (escuela privada) me pedían por la emisión de mi título una cantidad de miles de pesos cuando yo sabía que en la Secretaría de Educación se tramitaba por 200 pesos y allá me fui a solicitarlo para solamente enterarme que tenía que ser a través de mi escuela, mordida, porque era una escuela privada, embarrada de mano, y para esas escuelas hay normas especiales en la Secretaría, cooperación para su causa y Tan Tan, a cooperar para la causa de todos los corruptos si quería yo mi título. Y cooperé. Y aún me duele.

lunes, 7 de enero de 2013

Después de Lucía

BULLYING?


Este fin de semana fui a ver la tan mencionada película mexicana “Después de Lucía” y sí, lo muy mencionada se lo merece porque es una excelente película aunque su tema es por demás doloroso y trata fundamentalmente del bullying, que ahora se llama así (sobre todo por ese enorme gusto que nos dan las palabras en inglés, se ven como elegantes, ¿o no?) y sin embargo es el antiquísimo abuso escolar, acoso, maltrato que ¿quién de nosotros no lo sufrió?, pero como en ese entonces no se llamaba en inglés ni era asunto de Derechos Humanos pues los papás hacían poco caso o caso omiso de nuestras dolorosas situaciones, era algo cotidiano y natural y lo más que escuchábamos eran cosas como : pues aprende a defenderte chamaca, no te dejes, o la peor, acúsalos con la maestra.


Cuando mi hermana Cana y yo estábamos en la primaria del Colegio Francés Nueva Santa María estudiábamos todo en español por supuesto, pero como la escuela se decía francesa teníamos que saludar de Bonjour Madame Directora y Au revoir Madame Directora, así exactamente. Pero lo que yo quiero contar este día es que las Monjas Madames eran las reinas del bullying más extraordinarias que yo he conocido y lo más leve eran gisasos, borrador volando, jalones de brazos de pelos o de lo que alcanzaran y desde luego pellizcos de monja.