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SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, CHIAPAS, Mexico
MIS LIBROS: Olivos y Acebuches (cuento), Con un padre me basta (novela), Hablarán nuevas lenguas (poesía),Mar de cristal transparente (novela), Muy Intimos Quadernos (novela), Siete casos en busca de un psicólogo

viernes, 8 de febrero de 2013

Como el Santaclós de Aurrerá





Hace años y en Aurrerá Echegaray, Edo. de México, allá donde yo vivía, estaba en tiempos de Navidad un gran Santaclós sentado en la sección de juguetes escuchando atentamente las peticiones de los niños y… prometiendo también. Me tocó ver entonces a un pequeñito pobre con zapatitos gastados y suéter raído, con mamá pobre también que compraba tortillas y frijoles para su despensa. A ella llegó corriendo el niño más que entusiasmado y le dijo: ¡Mamá, mamá, dice el Santaclós que este año sí me va a traer mi autopista! Y la mamá, sin más miramientos le dijo: ¡Ira, dile al Santaclós que no sea lengua!

Y desde ese día, el Santaclós deslenguado se convirtió en un símbolo en mi vida y en la de mis hermanos porque, desgraciadamente, en nuestro país han abundado y abundan aún los deslenguados (y ojalá fuera nomás en las campañas políticas porque de esas ya estamos más que conscientes).

Hoy el Santaclós es nuestro Gobierno, por supuesto; sin embargo no es hoy precisamente es sólo la historia del gato con los pies de trapo y los ojos al revés… ¿quieres escucharlo otra vez? Pues escucha con fe y atención la versión oficial sobre la explosión del edificio de PEMEX: No fue atentado declaran primeramente (explicación no pedida= acusación manifiesta, porque de verdad no andábamos preguntando por terroristas sino por causas, así nomás). Fue una acumulación de gas metano que no se sabe de dónde salió ¿en PEMEX no saben lo del gas?; y así entonces, para rellenar el comunicado hablan de otros accidentes del pasado: en la refinería, en la mina, en la plataforma, pero… ¿en un edificio en el centro de la Ciudad de México?

Soy malpensada, lo confieso, alguno de mis ancestros me enseñó a no ser tan ingenua: piensa mal y acertarás, hija, hay gente mala también. Y lo aprendí, sobre todo encima de muchas heridas y muchas cicatrices, así es que con esta noticia terrible y tantas escenas de nuevo de ambulancias, heridos, gente gritando y demás, a mí se me volvió a aparecer el Santaclós de Aurrerá. Y la verdad es que para qué lo invoca el Peña Nieto (analfabeto al fin) hablando de reforma energética y diciendo entre líneas para los que sabemos leer que PEMEX peligra y entonces, junto al Santaclós de Aurrerá se me apareció también mi abuelo contándome cómo el pueblo mexicano entero apoyó a Don Lázaro para que el petróleo fuera enteramente nuestro: PEtróleoMEXicanoy así entregaron lo que tenían en dinero, joyas, cabezas de ganado, gallinas y demás.

Qué bueno que mi abuelo ya no puede darse cuenta ni tampoco los que le llevaron sus ahorritos a Don Lázaro porque para allá vamos a la privatización: A la Modernidad del nuevoPRI.



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