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SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, CHIAPAS, Mexico
MIS LIBROS: Olivos y Acebuches (cuento), Con un padre me basta (novela), Hablarán nuevas lenguas (poesía),Mar de cristal transparente (novela), Muy Intimos Quadernos (novela), Siete casos en busca de un psicólogo

domingo, 16 de octubre de 2011

El costumbres

Foto:www.minube.com

Hace algunos años yo era directora del Museo de Historia de San Cristóbal de Las Casas, que está ubicado en el exconvento de Santo Domingo, al lado del bellísimo templo que construyeron los dominicos. El templo de Santo Domingo, el convento y el Templo de Caridad son uno de los más hermosos conjuntos arquitectónicos de la época colonial que yo conozco. Sin embargo… así como el Centro Histórico de la Ciudad de México está invadido por el ambulantaje, así en la Plaza de Santo Domingo el ambulantaje que la llena son los indígenas que venden sus artesanías (y las guatemaltecas que hacen pasar por chiapanecas), pero como todo esto da un colorido maravilloso a la plaza y es un gran atractivo turístico, pues en realidad se les ha dejado allí. En el Museo les dábamos albergue a sus mercancías porque venían cargando grandes costales desde sus comunidades y así sólo los guardaban en una bodega para el día siguiente.

Los problemas de los vendedores los tenían entre ellos y eran por los espacios. La gran amenaza de los indígenas en la Plaza eran los que ellos llamaban “los jipits” que vendían collares y aretes y encendían varitas de incienso. Ellos, muy agresivamente, se instalaban de un día para otro en los lugares que usaban, sobre todo, las mujeres indígenas. Un día ellas fueron a mi casa a pedirme ayuda, era un sábado en la tarde y las atendí en el jardín, todas nos sentamos en el suelo. Ellas defendían sus lugares de venta que eran espacios en el suelo de piedra, sólo eso, no había nada que los marcara o delimitara o resguardara, ni creían necesitarlo, el suelo era su lugar de trabajo y una parte era de cada quién. Cuando se fueron de mi casa me di cuenta de que en el jardín habían quedado dos pares de chanclas de hule y, al rato, regresaron dos mujeres muertas de risa pidiéndome las chanclas. Yo también me reí mucho y me di cuenta de que se habían puesto algo que nunca usaban: zapatos, para ir a visitarme. Me quedé agradecida.

El día de hoy viene esta historia a mi memoria porque se acaba de inaugurar en San Cristóbal un mercado moderno, como de ciudad; tiene puestos bien hechos, limpios y con espacios adecuados para los locatarios a quienes ya se les distribuyeron. Sin embargo, alrededor del mercado, en los pasillos y en el estacionamiento los indígenas ya han tomado su espacio de suelo y se han sentado a vender sus mercancías, porque así es como ellos venden, es “el costumbres” y contra eso no hay planes gubernamentales modernos que valgan, y muchos menos de un gobierno que piensa que ellos estarán bien en un mercado como el de San Angel cuando el costumbres es no usar zapatos, vender en el suelo y también, aventarle piedras y palos a la alcaldesa como lo hicieron esta vez.

Desde hace 25 años conozco el mercado de San Cristóbal, que era el único que había y desde entonces me di cuenta de que el verdadero mercado estaba en las afueras del edificio, o sea, en el suelo del estacionamiento. Después surgió el Mercaltos, otro enorme elefante blanco, edificio techado y moderno para reubicar a los vendedores del antiguo mercado y quedó vacío, sin embargo, ahora hay un alegre mercado lleno de gente y vendedores indígenas que se sientan en el suelo de lo que iba a ser un andador, un estacionamiento y unas calles aledañas. Así es el costumbres, como ellos dicen y lo que es de horror es que gobernantes, instituciones, y etc. etc. de Chiapas viven hablando de la interculturalidad, de la inclusión y no pueden aceptar algo tan simple y tan inamovible como el costumbres.

Yo mientras sigo pensando que la interculturalidad aquí es algo imposible, mejor cada quien con sus costumbres, aunque sigamos viendo terrible que los indígenas cambian a las niñas para que se casen por borregos y tierras, pero… los judíos de Polanco hacen lo mismo, sólo que el cambio es por propiedades de millones de pesos.

Entonces, ¿cuál costumbres es el peor?

3 comentarios:

  1. Jorge L. Olalde M.D.16 de octubre de 2011, 19:57

    Tuviste o tienes participación en la ayuda a estos indígenas?
    Me gustó el relato y me gustaría un final feliz. Pero conociendo a los gobiernos lo dudo.
    Un Abrazo

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  2. Te contesto primo: aquí no hay final feliz, hay avances lentos. Los gobernantes no tienen inteligencia ni sensibilidad, por un lado quieren modernizar a fuerzas a los indios y por otro los exhiben en eventos como mascotas con sus ropas típicas. Viva México!!! Un abrazo para ti también

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  3. el gobierno tiene que a hayudar los indigenas ya que a sus cultivos de maiz frijol arroz ect. ect. comemos ellos ne se sitan apoyos ya que se esta perdiendo laS Costumbres del pais y nos estamos olvidando que todos somos hijos de dios ricos y pobres

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