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SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, CHIAPAS, Mexico
MIS LIBROS: Olivos y Acebuches (cuento), Con un padre me basta (novela), Hablarán nuevas lenguas (poesía),Mar de cristal transparente (novela), Muy Intimos Quadernos (novela), Siete casos en busca de un psicólogo

lunes, 25 de marzo de 2013

LOS MISERABLES



Ayer vi una magnífica película musical basada en la obra de Víctor Hugo: Los Miserables, cuya historia sucede en la Francia de principios del siglo XIX y después de la Revolución Francesa. Lo primero que aparecen en la película son la pobreza extrema, la esclavitud, el hambre, la prostitución, las enfermedades y la muerte por falta de atención, y después aparece lo mismo y después también y así empieza y así acaba y yo me preguntaba (¡inocente de mí!) bueno y a estos franceses ¿de qué les sirvió su Revolución?, tan drástica, tan históricamente recordada y alabada por los siglos de los siglos. Pues le sirvió para lo mismo que a nosotros nuestra Revolución Mexicana: para que las cosas cambiaran un poco por el momento, para que algunos pobres se volvieran ricos y cuando fueran ricos aplastaran a los pobres y en fin, la cosa es igual en cualquier parte del mundo. Aquí nos sirvió, eso sí, para crear lo de los “héroes nacionales”, que Zapata, que Villa, que Carranza, dignos sucesores del padre Hidalgo y de Allende y de todos los demás. ¿La realidad? Pueblos que continúan igual o peor; sin embargo hoy Francia pertenece al Primer Mundo y a la Unión Europea, las personas tienen todas las oportunidades para vivir dignamente, así es que a nosotros pues nos ha ido peor.

El meollo de la película es “la traición”, hermana de “el miedo”, y es que hay un enorme número de gente descontenta que lucha por la libertad de su patria, por igualdad de derechos, por abolición de esclavitud y por leyes justas como en todos los pueblos, y también como en todos los pueblos a la hora del gran enfrentamiento, a la hora del valor, en vez de una multitud ya nomás hay un puñado de valientes, ¿y los demás? Traición y miedo: yo veo por mí y lo de la patria pues ahi que lo vean los que se quieran arriesgar. El puñado de hombres con sus banderas enfrentándose a todo un ejército represor y buscando con la mirada a los demás, a los que estaban en las calles y en los mítines, a los que apoyaban ardientemente la causa, a los descontentos, a los oprimidos, a los que sufren injusticia… y nada. Ya no hay nadie más.

Así es y no se necesita una Revolución para demostrar lo que la mayoría de la gente es y por qué el abusador pone el pie encima de cualquier nación y de cualquier institución y de cualquier barrio y de cualquier grupo de gente. Si el vendedor de predios en un fraccionamiento no cumple con lo que prometió al principio, como aquí pasó, y deja a los vecinos sin luz, sin calles y el se va sinvergüenzamente, pues primero hay un mitin de los descontentos y a la hora de ir a los juzgados ya no quedan más que tres o dos. Somos un pueblo lleno de miedos, un pueblo que no sabe alzar la voz, un pueblo de mediocres que prefieren tener encima el pie del abusador que levantarse a exigir respeto y dignidad.

He vivido esta situación muchas veces en mi vida: en escuelas, en instituciones, en mi vecindario, en mi ciudad y, desde luego, en mi país. Nunca he tenido miedo de lo que me pueda pasar por reclamar mis derechos, por no permitir el robo, el abuso, el engaño o el fraude. Lo que siempre me ha dado mucho miedo, eso sí, es perder mi dignidad.

1 comentario:

  1. CON EL PENSAMIENTO EN ACCION PARA ENFRENTAR LAS SITUACIONES QUE SE PRESENTEN NO TENDRAS MIEDO DE PERDER LA DIGNIDAD YA QUE NO PERMITIRAS QUE TE SUCEDA DICHA SITUACION MANTENIENDO PULSO Y VISTA ANTE LO QUE TENGAS QUE AFRONTAR

    SALUDOS
    RAMON EDUARDO

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