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SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, CHIAPAS, Mexico
MIS LIBROS: Olivos y Acebuches (cuento), Con un padre me basta (novela), Hablarán nuevas lenguas (poesía),Mar de cristal transparente (novela), Muy Intimos Quadernos (novela), Siete casos en busca de un psicólogo

viernes, 26 de abril de 2013

A jugar a los gritos!!!!



En la escuela primaria me gustaba mucho jugar a los gritos y el juego se trataba de que hacíamos una rueda de cinco o seis niñas y a la de tres gritábamos hasta que nos dolía la garganta, luego acabábamos riendo a carcajadas excepto cuando alguna monjita llegaba a reprendernos y a decirnos que íbamos a acabar locas.

En ese entonces yo no me imaginaba lo sanador que era nuestro juego que se parece a cuando los aficionados en el estadio gritan Gooooool!, o le gritan improperios al árbitro o a un jugador hasta que les duele la garganta también y también se sienten aliviados de ansiedad y cargas que traían.

Esto viene a cuento porque una señora que vive violencia conyugal me contaba de los terribles golpes que le daba el marido (de vez en cuando, decía). De esos golpes ni siquiera tenía que haberme contado porque eran terriblemente visibles en su rostro y brazos, de hecho había estado hospitalizada tres veces por las heridas que él le causaba. Obviamente, ella se culpaba como todas las mujeres maltratadas: porque yo lo provoco, porque yo le reclamo, porque yo no le tengo paciencia, porque no hice bien la comida, la limpieza… y demás. Su discurso también era el de las mujeres maltratadas que juran que lo aman, que es el amor de su vida y que él también la ama a ella y, sobre todo, que él va a cambiar.

(Nota aclaratoria en este punto: hay más mujeres que hombres en esta situación, pero vaya que he visto también hombres maltratados que aman al amor de su vida y que dicen que ella va a cambiar)

Quise saber qué pasaba en ella después de semejantes golpizas y así se lo pregunté: ¿qué es lo que pasa contigo cuando te acaba de golpear y estás tirada en el suelo adolorida y hasta sangrando? Pues lloro mucho y grito mucho, hasta que me duele la garganta; pero viera usted psicóloga, me dijo, que después de las palizas quedo como que muy relajada y muy tranquila y por eso, la verdad es que no me quiero quejar porque tienen su lado bueno.

Entonces me acordé del juego de los gritos y de la risa después y del alivio y le expliqué que gritar hasta que la garganta duela es muy sanador cuando estamos estresados, tristes o cargados de problemas. Desgraciadamente no me entendió o no me quiso entender porque en su caso, ya patológico, darle permiso a su marido de golpearla, inconscientemente significaba para ella mantener su relación y también, su terrible dependencia emocional.

Todavía hoy juego a los gritos, sola o acompañada y he aprendido a enseñarles el juego a mis perros, creo que les gusta, a lo mejor también tienen estrés.

2 comentarios:

  1. Eso de los gritos no esta en mis practicas de entendimiento o relax y con mis perritos (1 Pitbull y 2 Dachshhound) no hay necesidad pues viven muy contentos conmigo....Creo que antes fueron humanos y estamos ENCANTADOS ellos conmigo y yo con ellos.

    Ya merito cumplire 40 años de vida conyugal con mi Reyna Preciosa Encantadora y Hermosa Pinkyta que me ha hecho muy feliz todos los dias de mi existencia

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  2. UPPSS ¿¿¿¿Y PENSAR QUE TODO ESO ES AMOR??? ¿ENTONCES QUE SERA LA VIOLENCIA EN REALIDAD? COMO ES QUE LAS MUJERES PERMITIMOS SEMEJANTE HUMILLACION, CREO QUE A MUCHAS LES HACE FALTA DARSE CUENTA QUE SON HIJAS DE REY VERDAD LIC. LUPITA.
    PERO DEFINITIVAMENTE TENEMOS QUE BUSCAR NUESTRAS HERRAMIENTAS PARA LIBERAR EL ESTRES Y GRITAR SI AYUDA Y MUCHO :)

    SALUDOS...
    IRMITA

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