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SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, CHIAPAS, Mexico
MIS LIBROS: Olivos y Acebuches (cuento), Con un padre me basta (novela), Hablarán nuevas lenguas (poesía),Mar de cristal transparente (novela), Muy Intimos Quadernos (novela), Siete casos en busca de un psicólogo

viernes, 5 de abril de 2013

La oración del chamula


correlavozcomitan.com

Hace ya algunos años yo trabajaba como jefe de bibliotecas en una institución científica aquí en San Cristóbal: el CIES (actual ECOSUR). El velador y portero era un indígena chamula que, en su comunidad, era pastor de su iglesia evangélica; solía estar leyendo su Biblia en tzotzil. Era amigable y solidario con quienes lo eran con él.

Un día tuve yo un altercado con el director del Centro, quien era abusador al ejercer el poder como son, desgraciadamente, todos los que adquieren un cargo por pequeño, mediano o grande que sea. No quería darme mi base cuando ya era el momento en que yo, por derecho, la merecía; mi trabajo era bueno y la única razón era su capricho. Así entonces, en su oficina y durante la entrevista me mantuve contenidamente serena y después, ya en mi oficina, estuve llorando hasta que todos los trabajadores se habían ido y yo pude salir a buscar mi coche con los ojos hinchados.

Ese día me di cuenta de cuánto me apreciaba el portero chamula porque me preguntó ¿te peleaste con alguien en la biblioteca? No, le dije. Ah, entonces ¿te regañó el Director? Sí, le dije. No te preocupes doctorcita, yo le voy a pedir a Dios que se lo chingue. Sí, pensé, hazlo por favor.

Desde entonces guardé para siempre en mi alma la profunda sinceridad de “la oración del chamula”

Y hoy viene a cuento porque debo tenencia de mi coche desde hace tres años, no he querido pagar el impuesto (que viene del verbo “imponer” porque obviamente no es nada voluntario) debido a que, ese dinero que recauda en este caso el Gobierno del Estado de Chiapas es para engordar las cuentas de los políticos corruptos que nos han gobernado desde siempre. El dinero de nuestros impuestos no se usa para nuestro beneficio, vivo en una ciudad turística en la que la basura amontonada pasa días en las banquetas porque el camión recolector no pasa y, a mi casa, de plano no pasa nunca. Tampoco tengo línea telefónica y, desde hace veinte años, he vivido en calles sin pavimentar. Las avenidas céntricas del “Casco Histórico” tienen eternos baches, el transporte colectivo es insuficiente y malo, y… lo peor de lo peor: aquí no hay agua potable, de hecho toda el agua de la ciudad está contaminada de aguas negras, eso se sabe y se aguanta porque al Gobierno que se beneficia de nuestros impuestos le importa muy poco. Yo soy de los desafortunados habitantes que coleccionamos tifoideas, unas cinco o seis a lo largo del año. ¿Y mis impuestos en qué se usan?

El año pasado ya se había derogado la tenencia: impuesto por tener un artículo de necesidad que es un auto; pero nuestro flamante joven gobernador ya la volvió a imponer porque no le alcanza el dinero. Cualquier día, digo yo, vamos a pagar tenencia por tener zapatos, por tener ropa, por tener cacerolas en la cocina y a lo mejor también por tener perro.

A unos metros de mi casa hay retenes en las calles, hace dos días me detuvieron para pedirme mis papeles y “regañarme” por no haber pagado tenencias, me dijeron que era una obligación, pero no pudieron levantarme un acta o una infracción o qué se yo, porque el poli que me regañó era un indígena analfabeto que difícilmente hablaba el Español. Yo no le dije nada que se escuchara, pero en mi pensamiento estuve rezando para él y sus jefes gobernadores “la oración del chamula”. Y me quedé en paz.

1 comentario:

  1. UUFFF Y EL MISMO JUEGO LE SIGUE NUESTRO FLAMANTE PRESIDENTE, QUE EN VEZ DE HACER UN BIEN EN NUESTRA CIUDAD HIZO TODO UN DESASTRE, PERO LO DEJEMOS EN MANOS DE DIOS, POR LA JUSTICIA DIVINA SI EXISTE, Y PEDIRLE A DIOS CONOCER Y MANEJAR LA TOLERANCIA Y PACIENCIA.

    IRMITA.

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